La primera evidencia de que el oposicionismo feroz, pese a su santurrona participación en las venideras elecciones del 7 de Octubre, tiene un plan B, es la gorra.
Pero no sólo la gorra que, en franco desacato de la normativa electoral, viene usando el candidato majunche Henrique Capriles Radonski, sino también la gorra volteada de aquel tristemente célebre personajillo que, en pleno golpe de Estado del 2002, mandó a cerrar "esa basura que se llama el canal 8" diciendo: "va fuera del aire".
También debo referirme a las gorras ceñidas en las cabezas de los apátridas traidores que se colocaron al servicio del imperialismo estadounidense, deshonraron sus uniformes y contribuyeron a hacer posible el golpe de Estado del 11 de Abril del año 2002.
La gorra del desacato, en la cabeza del títere imperial, Capriles Radonski, es la provocación del presente. El "túmbame esta pajita" que utiliza en bravucona campaña, el candidato ultraderechista intentando victimizarse y, de esa manera, adelantar el caos e impedir que se realicen las elecciones.
Esa treta no les va a funcionar, pero allí está, como una más de las emblematizadas por el ícono de una gorra. Tampoco le funcionó al golpista Enrique Mendoza con su gorra volteada e intento protagónico de abril de 2002. Pero no olvidemos que ese personaje está allí, que forma parte del mismo comando derechista del candidato majunche y que no ha cesado en sus pretenciones de torcer la historia y tratar de devolver la Revolución Bolivariana del punto de avance en el que hoy se encuentra.
Finalmente están los portadores del ícono, con borlas militares, aunque ya estén degradados, retirados o expulsados de las filas militares. Cachuchas de militares traidores, moldeados en las Escuela de Las Américas para defender los intereses de los ricos, del gran capital y del imperio estadounidense.
En verdad, la gorra es un símbolo que se repite dentro de la guerra de baja intensidad que está presente en Venezuela. El enemigo de clase e imperial quiere acabar con nuestra Revolución Bolivariana y va a echar mano de lo que sea. Hoy vuelve a ser de la gorra, pero puede ser cualquier elemento.
Que nadie se distraiga en este deber de seguir construyendo la Patria socialista. Nuestro deber es vencer, no hay otra opción en esta Batalla de Carabobo.
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