Conocemos de la perversidad inhumana y sin raciocinio de cierta oposición antivenezolana con ayuda internacional. Estamos hasta la coronilla de semejante mafia de pensamiento atrasado que propone regresarnos al capitalismo salvaje. Saltan de alegría algunos opositores disocidos frente a circuntancias indeseadas, reiterando el comportamiento de los amos del periodismo pornográfico y necrofílico. Le dan gracias a Dios por los muertos pero disimulan enviando palabras de condolencia a las familias de las víctimas civiles y militares, por los sucesos acaecidos en Cumanacoa y Amuay. Algunos pretenden disimular su contento soltando una que otra lágrima de cocodrilo en su actuación de teatro deficiente, como su política de siempre.
Pretenden hacer de los accidentes petroleros, las calamidades naturales y cualquier circunstancia infortunada, nuevos bastiones que los saquen del marasmo de su fracasada campaña adversando la revolución bolivariana, socialista y humanista. Como hipocritócratas ocultan sus intenciones pese a estar plasmadas en papeles de trabajo de la derecha fascista del liberalismo, afirmando que van a respetar los logros alcanzados por y para el pueblo en esta revolución, contraste evidente de las mamarrachadas con las que gobiernos de la mal llamada “democracia representativa” engañaba a la población. Intentan revertir la brecha inmensa entre el candidato de la patria Hugo Chávez y el aspirante de la burquesía, el lacayismo, la disimulocracia y el desprecio a los sectores populares mayoritarios, el joven de cuarenta años solterito y con el único compromiso de volver a entregar la independencia patria, para que de nuevo nos enmatrimoniemos con aquellos intereses, que precisamente en estos momentos tienen mayor responsabilidad por la debacle económica europea y el desastre de las administraciones estadounidenses.
No quieren los éxitos deportivos y culturales, e igualmente se niegan a llamar bolivarianas a nuestras gloriosas fuerzas armadas garantes de la soberanía republicana. En medio de este clima, las estadísticas nos traen la explosión positiva de la administración socialista venezolana revolucionaria, con noticias que pese a ser ocultadas, manipuladas y vergonzosamente tergiversadas, son evidencias ciertas y comprobables. Me refiero a la explosiva adquisición de vida por parte del pueblo venezolano todo, que ha recibido distribuidos por Mercal entre 2003 y 2012, más de 15 millones de toneladas de alimetos, a precios solidarios. Una explosión que tiene igualmente eco en cifras como la que remata este breve comentario, en sólo las dos primeras semanas del gigantesco Abasto Bicentenario de la Plaza Venezuela en Caracas, se vendieron más de cien mil artefactos eléctricos y equipos del hogar. En definitiva, frente al dolor y la amargura de la oposición, si este es el comunismo al que le teme la ultraderecha reaccionaria, que viva el sistema socialista camaradas.
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