En
días pasados tuve la oportunidad de ser convocado para recorrer un
Materno Infantil recién reinaugurado por el gobierno revolucionario;
pude compartir, ver y escuchar inquietudes de buena parte del personal
que allí labora, muchas preocupaciones.
Al
comenzar el recorrido a eso de las 11 de la mañana, quedé sorprendido
de la poca afluencia de pacientes en este importante centro capitalino,
un día miércoles. No había plan quirúrgico. La razón, no hay
anestesiólogo. Todo listo, pero no había, repito, anestesiólogo. Del
régimen de guardia impuesto por estos especialistas, se decidió a
conveniencia cuando se operan electivas (por tanto, también
emergencias), “porque trabajo privado mata trabajo público”.
Presuntamente, hay tres días de operaciones electivas, pero para lo que
siempre están prestos, es cuando hay “casos importados”. Hasta se hacen
esterilizaciones quirúrgicas nocturnas; aplicándose una vez más el
chantaje de los turnos, que estilan imponer los anestesiólogos que
trabajan para el
Estado, porque sino renuncian en caterva.
Por
encontrarse este centro en una de las más populosas zonas del área
metropolitana de la capital, la demanda al servicio obstétrico es muy
importante. Pues no, la respuesta está negada en gran medida, para las
moradoras parturientas del centro; garantizada para “casos importados”,
que presuntamente proceden de presuntas consultas privadas de la población
de Carayaca del estado Vargas entre otras. Negándosele en consecuencia,
a las parturientas del sector, tener a sus hijos en la maternidad de su
influjo, obligándolas a acudir a otras maternidades distantes, donde no
fueron controladas, engrosando así el tan famoso lamentable ruleteo,
que abona y contribuye con el sufrimiento materno-fetal y abulta las
estadísticas de morbi-mortalidad materno-infantil.
Ni
hablar del trato que dispensan algunos galenos a las pacientes.
Llamando poderosamente la atención, la narrativa de un colega, del
atropello que fue objeto una paciente que demandaba se le realizara un
ultrasonido por un especialista, lo que requirió la intervención
conciliadora de la directora del nosocomio.
A
todo esto se le suma la desaparición de un doppler de uso obstétrico
(¿hurto?), el desprecio y rechazo de plano a los estudios procedentes de
Barrio Adentro y/o médicos cubanos, maltrato al personal y los médicos
integrales comunitarios; daño presuntamente intencional del carísimo
transductor 4D de ultrasonido, ya que varias veces ha sido encontrado en
el suelo deteriorado. Todo esto apunta a que muchos médicos graduados
en afán de ser ricos y siendo desestabilizadores, están ocupando cargos
no solo asistenciales, también dirigen los destinos de la salud en
este gobierno revolucionario. Para mayor ejemplo práctico revisen el
nombre de un director, de un renombrado hospital infantil de Caracas,
que firma en el grupo de
asesores técnicos en salud del programa de la MUD, suscrito el 23 de enero pasado por los candidatos de la oposición, conocido como el “paquetazo neoliberal”, ya denunciado, y allí sigue tranquilazo.
No
tengo la menor duda que desde el sector de la salud se conspira contra
Chávez, la revolución bolivariana y el pueblo. No tengo dudas de la
utilización de la salud-enfermedad como arma política por parte de la
oposición fascista venezolana liderada por la Federación Médica
Venezolana Golpista (FMVG). Convencido que una minoría médica fascista,
insensible trepida en los establecimientos públicos de salud (léase
enfermedad) acompañando un plan guarimbero, mercantilista y antipátrida,
solicito: el ejercicio del poder popular en los establecimientos
públicos de salud a través de la presencia de la contraloría social
capacitada y las milicias populares para hacer contraloría y denuncia
popular. Al Ministerio del Poder Popular de la Salud,
desplegar su PODER, y definir sus políticas en lo que a “SALUD” se
refiere y en particular a el personal; comenzando por hacer una
depuración de las autoridades reaccionarias y un verdadero
censo-registro de los médicos, enfermeras, bioanalistas, camareras,
porteros y demás personal de la salud. Censo-registro hoy secuestrado
por la sociedad civil burguesa de los colegios médicos, de enfermeras,
bioanalistas, y la FMVG, entre otros, como premio y cuota poder para enriquecerse.
Finalmente insistir, en una propuesta histórica personal, y de la Coordinadora
Nacional de Médicas y Médicos por Venezuela, CONAMEV: “Medico
que trabaja en público NO puede trabajar para el sector privado y
viceversa”. Esto último es la madre de la corrupción y el tráfico de
pacientes para mercantilizarlos hacia el sector de la acumulación de
capitales a través de los seguros privados y las clínicas. La hora de la
revolución no llega sola, nosotros la ponemos.
*Médico gastroenterólogo venezolano / Vocero de la CONAMEV
felipeguzman17@yahoo.es