La derrota no es amiga de nadie, después de las elecciones empezaremos a escuchar de parte de la plutocracia, y de la dirigencia opositora, incluyendo a los cagatintas de los medios tarifados las siguientes expresiones: “Te lo dije”,..” Vistes”..”, Nos equivocamos otra vez”.., “Esto se veía venir”.., ”Eso fue culpa de Aveledo”..” Ahí esta la mano peluda de Allup”..etc. Es así, “del árbol caído todo el mundo hace leña” CAPriles no escapara de esa sentencia histórica. Sus antecesores, con excepción de Arias Cárdenas, están en el ostracismo político. La historia nos enseña, que la derrota política influye en los ánimos de las personas, quienes te acompañaron en tus victorias, se apartan de ti en las derrotas, y el dedo acusador se posa en ti como sentencia absolutista.
Con CAPriles debe pasar igual, solo sus incondicionales de PJ estarán reunidos con él. Escondidos en el Bunker de la derrota. Sus simpatizantes se harán de la vista gorda, y empezaran a soñar con el 2019. Cuando la historia vuelva a tocar las puertas para enfrentar dos modelos antagónicos.
Las pretensiones de PJ de convertir a CAPriles en un líder absoluto de la oposición se estrellaran con muchos rostros que hoy acompañan al Plutócrata. Los Falcón, Los López, Los Guanipa, Los García, Los Briceño, Los Marquina, Los Baduel, estarán al acecho. En la derecha venezolana existen espacios para que algunos dirigentes puedan abrir trincheras y tratar de convertirse en líderes. Eso si, ha diferencia de CAPriles, deben orientarse con proyectos nacionalistas, y saber que Venezuela ha cambiado para siempre.
La derrota de la oposición debe ser tomada como una lección democrática que debe ser digerida en forma inteligente. Llegar al poder político no es cosa de marketing, ni tan poco manejo discrecional de mucha cantidad de dinero. Fabricar un ídolo con pies de barro como el que tienen hoy, es sinónimo de retroceso político. El pueblo despertó, ya no come cuentos. El análisis serio de los problemas socio-económicos, buscar sus causas, implementar estudios referentes a subsanar esas condiciones, y tratar de ayudar a solucionarlos debe ser la meta de todo político que quiera llegar a dirigir un país.
El 7-O, Venezuela le dirá a la plutocracia, y a la dirigencia rancia de la derecha. Que las cosas han cambiado, y que definitivamente nos enrumbamos hacia quantums de transformación estructural de todo el andamiaje oxidado cuarto republicano.
Si no cambian, y coadyuvan a lograr esos propósitos, estarán destinados por siempre al ostracismo político.
Venceremos
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