Obnubilados por los resultados adversos en las elecciones presidenciales, partidarios de la oposición desequilibrada en su conducta ciudadana frente a sus asombrados hijos menores de edad, en Maracaibo abuchearon e insultaron con groserías de todos los calibres a Antonio Alvarez integrante del equipo de casa, Aguilas del Zulia. Sin importarles que el jugador se paró en el home a tratar de ayudar al team zuliano, el famoso Potro Alvarez resultó vejado deseándole -como en efecto se cumplió- que se ponchara, a pesar que el equipo home club los aguiluchos, perdía el encuentro dos carreras por cero. Fue tal el odio demostrado por quienes se colocan detrás del home cancelan con abonados muy costosos y gracias a Dios pueden hacerlo, que lanzaban además de improperios, cerveza y diversos líquidos a través de la malla alambrada, maldiciendo al Potro por el delito de ser chavista.
Semejante desinteligente y odiocrática actitud, nos recuerda a quienes pitaron a Maglio Ordóñez y llevaron banderas negras con siete estrellas, colocando el tricolor nacional al revés durante encuentros de un mundial de beisbol, en el cual actuó el falconiano Ordoñez también simpatizante chavista igual que Alejandra Benítez, Pastor Maldonado, Alexander Vargas, Karla Maglioco y la medallista de oro paralímpico Naomi Soazo, como tantas y tantos atletas que no ocultan su apoyo a Hugo Rafael Chávez Frías. El remate de esta circunstancia repetitiva aunque ya en forma escuálida, es decir, reacciones escasas y sin importancia de verdadero peso más allá de actitudes destempladas y despreciables, fueron las risas de narradores del juego entre Aguilas del Zulia y Tigres de Aragua que finalmente ganaron los felinos aragüeños, los comentaristas de DirectTV Sport se reían informando sobre el abucheo y uno de ellos dijo que los deportistas no se metían en política.
Así pretendió dejarnos una lección, el narrador de deportes eunuco oposicionista anotándose como otros en la siembra permanente de odio entre la población, utilizando medios de comunicación para demostrar irresponsabilidad de comportamiento por su disociación psicótica, aspirando quizá a que por su desempeño les aumenten el sueldo ciertos dueños de medios locos sin remedio. De todas maneras me quedó en la mente la actitud de una niñita que junto a su hermanito miraban atónitos al papá, cuando este decía groserías contra el Potro Alvarez, ambos sin entender por qué papi le estaba deseando todo lo malo a un jugador de su propio equipo, novena de la cual son fanáticos ellos y su desaforado progenitor
Este comentario de opinión lo dedico a los efebos de una equivocada democracia representada por el oposicionismo desquiciado, que a final de cuentas no quiere aprender y por eso han sido y serán reiteradamente vencidos.
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