Las decisiones del TSJ, de la Asamblea Nacional, del Consejo Nacional Electoral y del Poder Ejecutivo coinciden: el artículo 231 de la Constitución afirma, sin lugar a dudas, que existe una situación sobrevenida que impide al Presidente reelecto presentarse ante el Poder Legislativo para juramentarse. Una vez terminada la situación sobrevenida, el Presidente se juramentará ante el TSJ.
Dicha decisión fue aceptada y apoyada por más de 20 gobiernos internacionales que, incluso, vinieron al país a prestar su apoyo a Chávez y a las instituciones de la República. La decisión fue apoyada también por el pueblo en la calle y los movimientos sociales. Fue incluso sostenida por especialistas constitucionales de las filas opositoras, como Hermann Escarrá.
No cabe duda que la decisión es legítima, soberana y apegada a la Constitución.
El problema está en que aquellos que durante estos 14 años han coartado dicha Constitución, cristalizado guarimbas, juramentado a Carmona Estanga, etc., ahora hablan de ruptura del hilo constitucional e, incluso, golpe de Estado en Venezuela.
Me pregunto y les pregunto: ¿Dónde se juramentó Carmona? ¿Ante la Asamblea Nacional o ante el Tribunal Supremo de Justicia? ¿Quiénes acabaron en el 2002 con la Constitución, con los ciudadanos electos en la AN, con las gobernaciones, con las alcaldías, etc.?
Recordemos que la antigua Coordinadora Democrática, hoy MUD, dirigió una carta hace días a la OEA, hablando de vacío de poder en Venezuela. ¿No fue acaso con el bendito vacío de poder que subieron a Carmona Estanga al poder?
Ahora el Departamento de Estado habla de transición en Venezuela. ¿No fue con ese mismo argumento que bombardearon a Libia y, ahora, a Siria?
Leopoldo López y Capriles llaman ahora a salir a la calle. ¿Será que quieren volver a arrear a la gente desde Chuao hasta Miraflores para recibirlos con paramilitares francotiradores?
Con Hegel siempre repetimos que la historia no le ha enseñado nada a nadie: esperemos que estos 14 años nos hayan enseñado que la desestabilización, la guarimba, el golpe de Estado y la guerra sicológica, son las vías que le quedan a una oposición que ha perdido tres elecciones en tres meses.
(@maperezpirela)