Aquella media luna, con que tanto amenazaba la oposición representada en los estados Zulia, Táchira y Mérida desapareció de la geografía venezolana. Estos enclaves gobernados por la derecha lacaya en el pasado, promovieron acciones separatistas como el caso del movimiento “Rumbo propio” en el Estado Zulia, que pretendieron hacer una republiquita, aprovechando la gigantesca frontera con Colombia, desde donde conspiraban con el gobierno, paramilitares, guerrillas y multifacéticas bandas para desestabilizar Venezuela, como los globos de ensayo desde Bolivia, pasando por España hasta Kosovo.
El oposicionista Radonski sigue su delirio de grandeza, y obviando su espurio reinado presidencial ha dejando la gobernación de Miranda acéfala, con 5 bicicletas para el patrullaje y se ha trasladado hasta la hermana República de Colombia, desde donde aspira fortalecer las acciones conspirativas en su feudo mirandino, sin contar que esa ñinguita de luna, ni es frontera, ni es luna, ni es na.
El enclenque majunche, no acepta la realidad actual, Santos no es Uribe, hay conversaciones de Paz con las FARC-EP y el pequeño detalle, de que la luna llena ahora es revolucionaria y chavista. Solo resta recordarle al soñador justiciero, que se enfrenta con esta extraña visita a oscuros sectores del país neogranadino a la presunta comisión del delito de traición a la patria, tipificado en el artículo 128, que establece penas de hasta 30 años a quien con la colaboración de un país extranjero, paramilitares, grupos terroristas etc, conspire contra la integridad del territorio o de sus instituciones.
Esta reiterada actitud de Capriles contrasta con los pedidos de amnistía de los políticos presos convictos y confesos que hoy exigen libertad, incluso mantiene su olor a rejas, tras el inefable fallo, de no hubo golpe de estado emitido por el TSJ en aquellos lunáticos días.
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