No voy a creerte nada, ni espero que tú me creas, pero escuché decir que, antes del 11 de Abril de 2002, los viejos jefes guerrilleros que estaban con o contra Chávez se reunieron en secreto para hacer un pacto de caballeros: cada quien haría lo que tenía que hacer, pero se daban la palabra de no ser, personalmente, ni perseguidores ni verdugos unos de otros. Parece que cumplieron, allá ellos.
Nosotros no nos conocemos y no hay pacto posible entre nosotros y, de paso, no me importa si actúas por convicción o interés, por ideas o por dinero: ese es tu problema, las balas no distinguen, ni cuando van ni cuando vienen.
Lo que te voy a decir es lo siguiente: haz lo que tengas que hacer pero no hagas el ridículo. No te pongas en plan de oprimido para justificar lo que haces, ni en plan de víctima cuando te suceda algo. A mi me da pena ajena cuando hablan de dictadura y de agresión oficial, como si este gobierno, en todos estos años, disponiendo de cuerpos de seguridad, de un ejército y una milicia (y de paso con extremistas como yo) no los hubiera reventado si hubiera querido, cuando y como le diera la gana. Deja la quejadera para los políticos, los periodistas y las ONGs, que para eso les pagan.
Tampoco me vengas con el cuento de la inseguridad, que los muertos son tanto chavistas como opositores, y hasta te diría que hay muchos más chavistas, si no fuera por el resultado de las últimas elecciones. Porque está claro que es más fácil atracar a un pendejo en la escalera del barrio que al doctor que va con su supercamioneta por la autopista. Y, entre nosotros, si lo piensas te darás cuenta que el problema no está en las armas sino en la tele. Decía mi viejo, que en paz descanse, “perro flaco sueña con cecina gorda”…y la cecina, para que enteres (yo tampoco lo sabía) es carne salada, curada o ahumada; quiero decir que demasiados carajitos quieren ser millonarios, y demasiadas carajitas quieren ser modelos para levantarse a los millonarios… Para mí un atracador es un estafador apurado: si lo que quiere es robar a la gente, que se prepare y se meta a banquero.
Pero lo que te vine a decir es lo siguiente: aquí no habrán nuevas elecciones ni resultados diferentes. Por la sencilla razón que aquí no nos matamos sólo porque hay elecciones, y porque las elecciones se hacen con un sistema a prueba de la viveza de los partidos. Y como los partidos son tan vivos, ese sistema se ha vuelto más seguro que el sistema de cheques de cualquier banco.
No voy a ponerme a discutir política contigo, que si hubo o no hubo fraude, etc. que eso lo vengo escuchando desde antes de tener edad para votar; el movimiento se demuestra andando, y el fraude se demuestra demostrándolo. Lo que te quiero decir es que si todo el despelote que ustedes tienen montado llega a tener resultado, se va a formar una guerra, y como Venezuela es tan importante para muchos países, todos esos países van a meter su cuchara y el caldo se va a poner morado. Y es ahí a donde yo quería llegar, para decirte, de extremista a extremista, que tienes que estar seguro del futuro que quieres, y preguntarte si estás dispuesto a jugártela completa, no a perder o ganar, sino a perderlo todo, como yo lo estoy. Llevo años con ganas de romper el vidrio de la paz y hacer con ustedes pedagogía a tiros, pero me aguanto por disciplina y porque, mal que bien, en mi opinión, las cosas no andan tan mal que digamos, si las comparamos, por ejemplo, con todos los países del planeta…
Y de tu lado, todo nos demuestra que la oposición, desde la más republicana y democrática hasta la más extremista, han podido sobrevivir sin mayor daño hasta el presente, y aparte de la arrechera de calarte a los chavistas y su socialismo, podrías seguir sobreviviendo hasta llegar al gobierno mediante elecciones como casi, casi lo lograron el 14 de Abril. Pero, como decía mi viejo, que había sido minero en La Paragua: “casicasi no es diamante”. En cambio, si ustedes llegan al gobierno a la mala, nosotros simplemente no nos la vamos a calar, y te lo digo de pana, prefiero una bala caliente en la barriga que vivir comiendo la bala fría de un salario, como esclavo de los ricos. Y lo peor para ti, hasta los militares que no son extremistas, y me consta, están dispuestos a jugársela completa antes que se les pierda la Patria…salga sapo o salga rana, sea Ledezma o Capriles presidente.
Yo he escuchado a tu gente decir, “es mejor un fin horroroso que un horror sin fin”, y te pregunto si, aparte el discurso antichavista, anticomunista, anticubano, antiargentino, etc., ¿esta vaina que estamos viviendo es un horror? Tienes todo el derecho a pensar y sentir lo que te de la gana, pero también tienes la obligación, como combatiente de primera línea, de imaginar el Horror, con H mayúscula de hecatombe, en que esto se puede y se va a convertir cuando se acabe el alboroto y comience el tiroteo. Cuando los extremistas como nosotros obliguemos a todos a volverse extremistas a la fuerza. Si tienes ilusiones de promoción o de grandeza, olvídalo, no seremos grandes entre llamas: las llamas serán lo único grande y todos nuestros mundos estarán bajo la sombra roja del humo.
Eso era todo. Para que lo pienses y, ya seas estudiante o comerciante, malandro o “decente”, no tengas que preguntarte un día, entre las ruinas de tu Venezuela, de los sueños y lo amado ¿Qué monstruos he despertado? ¿Cómo me he despertado monstruo?
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