Entre tanto

El fascismo ataca y mata pero también vence en el pensamiento

Quizás lo más grave de la acción violenta, asesina, depredadora, de la forma de dominación capitalista expresada en política por el fascismo, sea la huella, prácticamente inconmovible, indestructible, que deja en las mentes alienadas, el peso ideológico, racista, discriminatorio de ese pensamiento que consigue que los explotados, que los dominados, no sólo se sientan satisfechos con su condición de clase, sino que se autodesprecien como tales y se identifiquen con sus enemigos, con quienes les dañan y cosifican.

Por esto es que resulta urgente, inexcusabe e ineludible, que las y los revolucionario en este proceso bolivariano de construcción del socialismo, profundicemos en la formación, en la batalla de las ideas y en la conformación de un verdadero frente antifascista, que no sólo se limite a identificar y condenar a sus representantes más obvios –como es el caso de Henrique Capriles Radonski-, sino que levante un poderoso muro de conciencia que impida el avance de las depredadoras  ideas racistas y excluyentes del capitalismo-fascismo.

Resulta sumamente alarmante el que en la presente coyuntura, en los últimos meses y, particularmente, en el desarrollo de las campañas electorales del 7 de octubre, 16 de diciembre (de 2012) y la del 14 de abril de este año, se hayan desatado las matrices más racistas, clasistas, cargadas de odio y discriminación en los miméticos mensajes elaborados por el gran capital imperial, en sus laboratorios de publicidad y propaganda.

Pero lo más dramático es que esos mensajes, de odio y discriminación, calen en buena parte de nuestro pueblo y sean repetidos como propios, cuando en realidad lo que representan es el interés de clase del explotador, del egoísta, del ladrón y acumulador de capital.

Que una persona trabajadora, pobre, explotada, hable como si fuese dueño de empresa, empleador, rico y explotador, sin serlo ni poder jamás siquiera llegar a aspirarlo, es algo grave, triste y preocupante, por cuanto es la expresión más clara de que la gran batalla se está perdiendo.

No se trata solamente de calificarlo, pero es una especie de esquizofrenia, una disociación, la más pura y simple alienación. Pero también, para decirlo con palabras de nuestro Libertador Simón Bolívar, la más clara expresión de que nos han dominado y nos siguen dominando “más por las ideas que por las armas”.

Con las armas podemos contener y hasta vencer, en batallas puntuales, al enemigo que combatimos, pero solamente cuando hayamos convencido, cuando la guerra no se haya reducido a vencer, sino a convencer, podremos decir que hemos avanzado en la verdadera consolidación de nuestra independencia y en la construcción de la Patria socialista.

Por ello, tener presente siempre que la revolución verdadera es cultural y en la conciencia. Que el enemigo habita en nosotros y que a cada instante lucha por ganarnos la batalla. Necesario es vencer y convencer, para la victoria siempre.


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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

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