En un verdadero “coco” se ha convertido la GMVV para los sectores opositores…Cómo enfrentar lo que es tan evidente, cómo desprestigiarlo si no hay argumento válido para hacerlo. Algo así ocurre con el impacto de la Gran Misión Vivienda Venezuela y el discurso de los voceros de la oposición. Sin ningún reparo, personajes de la calaña de Antonio Ledezma lanzan cualquier tipo de comentario malsano contra la gran Misión.
No cabe duda que solo en socialismo es posible un proyecto de estas características, las grandes misiones vienen a profundizar y llevar a la práctica un proyecto socialista, independientemente de errores y fallas estructurales que afecta muchas veces la intención de una Gran Misión y la retrasa, el fondo de la misma revela el sentido socialista, porque va a resolver la pobreza estructural que es un mal inherente al capitalismo y que solo se puede salir de esa pobreza estructural en un sistema socialista. Los opositores al estilo del vámpiro Ledezma no tienen rubor para mentir, ellos aprovechan la ignorancia del pueblo para utilizarlo, es así como presionan, manipulan, se aprovechan del inmediatismo propio de una transculturización impuesta, es así como muchos piensan, "está bien, no me de casa digna, pero deme algo, aunque sea una lata de zinc"...A eso nos acostumbró la cuarta república, de allí que el populismo hizo estragos en la sociedad y el desorden se apoderó de muchas personas que para sobrevivir se montaron en los cerros más intrincados, allí nos llevó el capitalismo, a los barrancos, pero "tirios y troyanos" se encargaron de menospreciar a las personas de su misma condición por el solo hecho de ser pobres, nos conquistaron nuestras mentes y a los propios pobres lo usan para destruir entre nosotros mismos, allí ha estado el éxito del modelo capitalista, en la manipulación y esas son las intenciones reales de personajes como Ledezma.
El cambio de una familia que hasta ayer estuvo montada en el barranco y que hoy cuenta con casa o apartamento, áreas de recreación, buenas vías de comunicación, agua potable, luz y los demás servicios, representa como una resurrección, el socialismo revive a los seres humanos, el capitalismo los entierra en el ostracismo más atroz. La naturaleza del capitalismo es depredadora, es una máquina de aplastar gentes y condenarlos al peor de los infiernos… la pobreza.
Cuando decimos que la Gran Misión Vivienda Venezuela arrincona a los opositores es porque la misma arrincona al capitalismo, hay que verle la cara al inmenso negocio que se les esfumó de las manos a los capitalistas para construir y vender 400 mil viviendas, cualquiera podría preguntarse y reflexionar en torno al tema y culminar pensando y tratando de entender cuál razón fundamentó a los capitalistas para no hacer tremendo negocio con las viviendas, las razones son múltiples, pero la más importante es que un modelo capitalista no se puede dar el lujo de resolver los problemas sociales de manera estructural, ellos dosifican las "soluciones sociales" porque para ellos la marginalidad es un negocio, la criminalidad forma parte de un complemento sociológico necesario para el capitalismo, nutre el circulante, contribuye a la especulación "necesaria" del modelo capitalista, podríamos decir que es “sabia” del capitalismo. Solo basta estudiar el mapa de las mercancías y concluiremos que todas las distorsiones económicas en el capitalismo cumplen una función de válvula de escape, se articulan por mecanismos complejos, hechos a propósito para la trampa.
La Gran Misión Vivienda Venezuela, tal como está concebida, viene a solucionar el problema estructural de la falta de vivienda en Venezuela, al comienzo banalizaron el tema, luego se dieron cuenta que ya no podrán parar lo que ha trascendido la solución habitacional perse y tiende a convertirse en una verdadera revolución social profunda, aunque para ello hace falta ajustar el tema de la organización y la consciencia de los misioneros, allí aún falta mucho, sin embargo, basta ver, leer y oír a los voceros de la derecha chillando y criticando a la Gran Misión para deducir que vamos a buen ritmo y por el camino correcto.