Teodoro Petkoff, en un programa de televisión en Globovisión, calificó de mediocre el liderazgo de la oposición, cosa que ya hemos constado los venezolanos, pero que lo diga uno de los mentores de Henrique Capriles Radonski, es el fin del mundo. Confirmó lo que han dicho, después de descubrir el fiasco de liderazgo de Henriquito, alias el flaco, los gusanos mayameros, cubanos y venezolanos, y quienes están pegados con salida de guaro en la famosa Mesa de la Unidad.
Ahora sí es verdad que te llegó tu hora muchacho, como te dice, Rafael Poleo, quien, dicho sea de paso, coincide en un ciento por ciento con el ex guerrillero, de la década de los 60, hoy en las filas de la oposición. Forme parte de la guerrilla de los años 60, pero ese fue un error garrafal. Error que tú compartiste y que te sirvió para protagonizar fugaz, para al final no hacer un carajo por el movimiento que estaba en el escenario político en esos momentos. Lo tuyo era agarrar las primeras páginas de los periódicos. Eso te hacía tener tremendos orgasmos, y convertirte en héroe de barro, para algunos jóvenes de la otrora UCV, y de algunos liceos de Caracas.
Y señalo: Esa acción guerrillera respondía a una izquierda equivocada pero con una concepción democrática, mientras que las milicias son el cuerpo armado de un gobierno autoritario y muy militarista. El llamado genio de la gestión económica del gobierno de Rafael Caldera, le confesó a la periodista que lo entrevistó que él era un hombre de izquierda, nunca he dejado de serlo. Cuando se dio la división en el Partido Comunista de Venezuela, se planteó la idea del socialismo. C y tú lideraste esa división, junto a otro traidor como lo es Pompeyo Márquez, otro fiasco de aquella izquierda de los años 60, para formar al Movimiento Al Socialismo. Tremendo socialismo. Lo van a impulsar a través de Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado. ¡Esos sí tremendos socialistas.
Te juro, Teodoro Petkoff, que por fin le haces un bien a este país: desenmascarar como mediocres a toda esa pandilla que se encuentra amarrada a la triste Mesa de la Unidad. Gracias, señor economista, por hacernos ese favorcito. Aunque tardío, pero lo recibimos de buen agrado, y como una confesión en tus últimos años de vida. La conciencia te viene martillando con fuerza, e intentas engañarnos con esas declaraciones. Pero, como tu decías en tu gloria en el gobierno de Caldera, vamos mal, pero vamos bien.
TARDE PIASTE PAJARITO.
