Capriles, Leopoldo, María Corina, Diego Arria, y otros especímenes del mismo rebaño, si alguien les dice que son unos parásitos, les recomiendo que nos se los tomen personalmente. Sea lo que sea. Digan lo que digan los chavistas, aunque sea el presidente Nicolás Maduro, o Diosdado Cabello, por favor no se lo tomen personalmente. No es necesario que hagan eso. Todo el mundo en este país sabe que ustedes no son esa cosa fea y depredadora. Ese es un término muy feo. No se corresponde con la actitud de unos insignes venezolanos como ustedes. Luchadores sociales desde que eran unos bebecitos y bebecitas. Ustedes, compatriotas, le han brindado un gran servicio a Venezuela. Entonces ¿Por qué el presidente les llama parásitos? ¿Por qué Diosdado, les dice lo mismo? Es una gran injusticia que cometen con unos angelitos como ustedes. Lo juro.
Tenemos la dicha, la fortuna y el orgullo de ser venezolanos. Tal vez ustedes compartan esa idea conmigo. Yo nací en la completa pobreza, lo juro. Más pobre no podía ser. Éramos tan pobres, que vivíamos arrimados. Mi primer trabajo, a los siete años, fue la de ser sirviente de una familia guariqueña pudiente, como se les decía en la época. Era el límite. Más allá estaba el barranco, y luego la muerte. Ustedes, compatriotas (mi perdón por este último término), nacieron en un polo totalmente opuesto, pero ni yo tuve la culpa de haber nacido pobre, ni ustedes el haber nacidos ricos. La culpa fue de la vaca. O dicho de otra manera, la culpa, la verdadera culpa fue de la gallinita de los huevos de oro, llamada Venezuela y su petróleo.
Ustedes, cuando niños eran inocentes, puros e inofensivos. Pero después, más tardecita, empezaron a contaminarse con el veneno que existía a su alrededor. Y un día, por transmisión hereditaria se unieron al parasitismo, que no es lo mismo que ser un parásito, según lo veo yo. Estoy seguro, como dice, el doctor Miguel Ruiz, que ese parásito fue heredado. Sí, eso es. Ustedes heredaron mucho dinero, pero también el parásito o mejor dicho el parasitismo, que es como una especie de logia. Y en Venezuela se le dice parásitos a quienes viven a costillas de los demás, es como un animalito maloso, que le chupa la sangre a los demás para él vivir feliz. Eso se da, sobre todo en los marginados. En los pobres de este mundo, a los pobres de la tierra. O mejor dicho a “Los condenados de la tierra” título del libro de Frantz Fanón, publicado en 1961. Esos condenados son víctimas de los parásitos. Y ustedes, que yo sepa, no chupan sangre.
¿Qué es el parasitismo? El parasitismo puede ser considerado, según los expertos (a los que ustedes son adeptos), un caso de depredación. Es un proceso mediante el cual una especie amplía su capacidad de supervivencia utilizando a otras especies para cubran sus necesidades básicas y vitales. Por lo tanto, ustedes no entran en ese saco. Nada que ver. Este Maduro y Diosdado son unos malos, malosos. Y a lo mejor esa frase que lanzaron “ustedes son unos parásitos” o “la burguesía parasitaria” pudieran prender como prendió “el escualidismo” y el “majunchismo”.
Ustedes nacieron en cuna de oro. Todo estaba hecho a vuestro favor. Se podría decir que nacieron parados. Con dinero, confort, mansiones, carros y chóferes. No requerían nada en absoluto. Más bien, eso, esa vida tan chic, ya siendo zagaletones les empezó a fastidiar. Era monótono para ustedes tenerlo todo. Había que inventar algo, o terminaban siendo parásitos. Es decir, se inventaron un partido político, conocido como el partido amarillo, cuyo objetivo, como todo partido, es la de tomar el poder, para exprimir a la gallina de los huevos de oro. En otras palabras, para seguir la tradición familiar de seguir acumulando riqueza a costilla del Estado y de los condenados de la tierra venezolana. Por lo tanto, se comete una injusticias al llamarlos parásitos. No. Eso no. Yo los defiendo sin ser de su clase, porque estoy convencido de que la culpa no la tienen ustedes, ni de quien los pone donde hay. La culpa tampoco es del sistema, ni mucho menos, sigue siendo de la vaca. O mejor dicho, de la gallina de los huevos de oro. ¿No les parece mejor? ¡Se cansa uno!.
¡Chávez vive, la lucha sigue! ¡Maduro, al parásito dale duro!
Teófilo Santaella: periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.