Pueblo de Venezuela, oigan esta perla: el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, aquella persona que fue diputado de la Causa R, en un pasado no muy lejano, pide urgentemente diálogo al gobierno nacional. ¿Dónde estaba ese señor, cuando el empresariado fue llamado en diferentes ocasiones por los ministros de Nicolás Maduro para acordar sobre los problemas económicos del país, y sobre todo para ofrecerles apoyo para acabar con el desabastecimiento que había para el momento?
¿Qué pasó? Nada. Los que asistieron se hicieron los locos. Y el resto no asistió a ninguna reunión de las convocadas tantas veces por el Ejecutivo Nacional. Porque ellos eran parte del plan conspirativo. El señor presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, desde que asumió su cargo, no ha hecho más que atacar las políticas económicas del gobierno. Hace poco se refirió a la contraofensiva del gobierno contra la guerra económica, y este señor se burló de esa apreciación de que se estaba “ante una guerra económica”, y menos bajo la tutela de Fedecámaras, Consecomercio y Venamcham.
Señor Jorge Roig, ¿qué se ha descubierto en las inspecciones realizadas por los equipos especializados del gobierno nacional a empresas de todo tipo, a nivel nacional? Pura corrupción. Pura especulación. Pura usura. Puro acaparamiento. Puro robo. Puro chanchullo. Y todavía no ha salido todo a flote. Falta inspeccionar, por ejemplo, a las constructoras de edificios de vivienda. Porque allí hay estafa a granel. Todo, señor Roig, todo, todito, se va a inspeccionar. Para que usted vea y para que usted oiga lo que hacen sus empresarios y sus comerciantes.
Ahora usted viene con ese cuento de que el presidente Nicolás Maduro debe llamar a un diálogo a todos los sectores, pero en especial al empresariado, al auténtico. Al que no roba. Al que no especula, ni comete actos de usura. Al que produce riqueza de la buena, a costillas del Estado. Eso de la especulación y la usura es cosa de los “otros”, empresarios y comerciantes.
Presidente Nicolás Maduro, siga así. Dándole donde les duele a esta burguesía apátrida y parasitaria. Siga adelante, que detrás de usted está el pueblo chavista. A estos parásitos ni agua. Está además recordarle que toda ésta contraofensiva contra la guerra económica es un mandato de el Gigante. El previó estas cosas, con su olfato político, antes de morir. Y le dio la orden a Maduro de mano de hierro, por un lado, y la otra tendida a quienes desean, de verdad, verdad, coadyuvar a la soluciones de los problemas del país. A pedir cacao a otro lado.
¡Presidente, ni un paso atrás! ¡Chávez vive, la Patria sigue!