Yo no soy pitoniso, ni nada que se le parezca. A penas soy un humilde periodista que observa el río de lado y lado. Hay veces las aguas corren tranquilas, sin apuro, porque saben que su destino es convertirse en mar. Pero este río llamado Venezuela, está enturbiado. Sus aguas son turbulentas, color ocre y lleva prisa por llegar al mar. Nada que se apure, sea quien sea, el impulsor trae nada bueno. Todo lo contrario. La turbulencia puede arrasar con casi todo. No todo. Siempre hay árboles muy fuertes que permanecen parados, pues sus raíces están bien enterradas en la tierra.
Un sector de la oposición venezolana, encabezada por la desesperada María Corina Machado, que casi pide a gritos que vengan los Marines e invadan al país. Unida a Leopoldo López, y al motolito y mediocre Henrique Capriles, que reciben órdenes directas de Álvaro Uribe, pueden generar la chispa que incendie la pradera. Nadie, en Venezuela quiere eso, entre muchos partidos que integran a la MUD, pero está latente que suceda lo indeseable. Porque este trió del mal no le importa al país. Ellos tienen metido entre ceja y ceja sacar, como sea, al chavismo del poder. Esa es su obsesión. Y es lo peligro.
Pero si eso llegara a suceder, es decir, el incendio de la pradera, quiera Dios que no, toda la oposición, la amarilla, la blanca, verde, la rosada y demás bichitos, corren el riesgo de desaparecer, como partidos de la oposición, del mapa de Venezuela. Óigase bien: una guerra interna entre venezolanos, como ellos la andan propiciando, con la esperanza que vengan los Marines a rescatarlos, no va a quedar ni la burguesía amarilla, ni la original parasitaria, la que siempre ha vivido del Estado, ni la estructura donde se sustentan ellos hoy día, ni polvo que los sostengan. Van, a parar con toda seguridad, al fondo.
¿Saben por qué? Porque ahora somos más y más chavistas. Maduro, con sus acciones, con su seguridad y confianza en el actuar, en el renacer de un nuevo líder con las dos bien puestas, hay más chavista que nunca. ¡Que no se equivoque la derecha! Por que se va al lamentar por el resto de sus vidas. Quien quiera salvarse, que se venga a tiempo al lado de los que quieren Patria. Serán bien recibidos. Tienen tiempo, después no digan que no lo sabían, como las vacas, cuando las llevan al matadero. ¡Incendien la pradera! Y el fuego se los llevara por delante. De eso no cabe la menor duda. El Chavismo, el genuino chavismo, no va a dejar que estos apátridas intenten quitarnos lo que tanto ha costado conquistar. Ojo pelao. ¡Volveré!