Luego de la derrota sufrida por la oposición venezolana en las pasadas elecciones del 8 de diciembre, la cual como sus anteriores nunca han querido reconocer; así como lo han expresado contra instituciones como el CNE y la propia Presidencia de la República, actualmente en manos del hijo de Chávez, el Presidente Nicolás Maduro Moros, ahora se preparan para desconocer el Plan de la Patria que tiene rango de Ley.
No es raro que después de cada derrota, en lugar de revisar internamente sus errores y buscar corregirlos, la oposición venezolana se anote en una carrera desesperada por buscar nuevos planes desestabilizadores y manifiesten su inmadurez dando rienda suelta a la desesperación, que siempre los ha caracterizado.
Si bien es cierto y sería absurdo negarlo - en este régimen dictatorial donde se hacen elecciones – obtuvieron algunos triunfos en importantes ciudades del país, ahora se preparan para asomar sus verdaderas intenciones y convertir sus conquistas en favor de los ciudadanos que los eligieron, en plataformas para continuar sus fines desestabilizadores y negar así ellos mismos, el espacio democrático conquistado.
Llegar a esta conclusión no resulta nada difícil, sobre todo si lo vislumbramos y lo observamos a través de la luz del comportamiento y la conducta puesta de manifiesto a lo largo de estos 15 años de la Revolución Bolivariana.
En algunos medios de comunicación los cuales le sirven de ventrílocuos a la oposición, ya se asoman los razonamientos contra el Plan de la Patria según sesudos analistas que destilan su veneno, argumentando que está en contradicción con la Constitución Bolivariana. Cosa que también pregonaban anteriormente, cuando atentaban contra nuestra Carta Magna y negaban su carácter legal y jurídico. En fin, esta oposición venezolana por decadencia o falta de liderazgo va camino a negarse a sí misma, ya que hacen como el avestruz y meten su cabeza en la arena, para no aceptar sus propias derrotas.
Por eso la actitud del Presidente Nicolás Maduro y su llamado al diálogo desde el Campo de Carabobo, nos hizo recordar la misma posición, que después de cada elección o de acontecimientos como el Golpe de Estado o el Paro Petrolero, asumía ante la oposición venezolana el Comandante Hugo Chávez Frías. Casi era un llamado compasivo y de honesta actitud democrática al cual, los líderes de la oposición echaban por la borda, para seguir como perros falderos los dictados del imperio.
Este nuevo gesto del líder de la Revolución Bolivariana, imitando a su maestro y líder Supremo de la Revolución, parece nuevamente un saludo a la bandera. Ojalá que el ambiente navideño, el cual con razón se ha adelantado entre los venezolanos, sirva para la reflexión en la búsqueda de la paz que tanto necesitamos.
Tenemos dudas, por la ya conocida reincidencia en la conducta de los opositores, quienes no dan pie con bola. La oposición venezolana debería revisarse a la luz de la conciencia democrática; si es que les queda algo. Pensamos y tenemos fe de que puedan existir en ella auténticos venezolanos, quienes si saben lo que es Patria. Ellos deben buscar legitimarse a la luz de las ventanas que les ofrece la Revolución Bolivariana, bajo este régimen de libertades que no les niega sus espacios.
El nuevo llamado del Presidente Maduro es para que se acojan a las reglas del juego democrático y al respeto por las leyes de la República. Hacer lo contrario es desconocer el Estado de Derecho y dar lugar a un Plan Anti-Patria. Es como suicidarse en Primavera y no mostrar un buen signo para el futuro de los venezolanos; sobretodo, para quienes estando aun en la oposición, tienen sentido de lo que es su verdadera Patria. ¡Amanecerá y veremos!
