Un camarada, panita y miembro del TSJ, me dijo la noche del velorio de La Garza Mogna: Los bicharengos de la MUD están golpeados. Pero esa gente es mala, tiene poder y no descansa. Hay que rematarla. No dejarla zapalatear.
Cuando el pana me dijo esto. El show mediático desatado, por la MUD en torno a la masacre perpetrada contra Mónica Spear y su familia, estaba en plena ebullición. Con falsas posturas de condolencia e indignación y disimulando-pero muy mal-sus veladas intenciones La Canalla pretendía sacarle provecho político a tan indignante acto delincuencial. Tan es así que los medios privados todos los días publicaban la nota con llamadas en primeras páginas y le daban tratamiento preferenciales en los programas y noticiarios audiovisuales. Se trataba de culpar al Gobierno de la masacre.
Los bichos fueron tan cínicos que públicamente se rasgaban las vestiduras por el Caso Spear. Pero no asistían a las reuniones previamente establecidas por los organismos de Seguridad de Estado. El cinismo era tan perverso que armaban la de San Quintín por el asesinato de Spear y su marido y las lesiones causadas a su hija. Pero no dijeron un carajo sobre la muerte de los chavistas asesinados por una turba de opositores por el sólo hecho de estar celebrando el triunfo de Maduro luego que el irresponsable de Radonski llamara a sus seguidores a salir a la calle a drenar su arrechera. Ni tampoco nunca han dicho un coño sobre los asesinatos de dirigentes campesinos por el solo hecho de reclamar sus tierras..
El pretendido uso político del asesinato de la Miss Venezuela, de su esposo, y de las lesiones causadas a la pequeña hija por parte de La Canalla se le volvió polvo cósmico. Como siempre se han convertido sus maldades mediáticas disfrazadas de democracia. ¡Coño pana! No pegan una. Por eso cogieron tremenda coñiza el 8 D. Lo peor es que no aprenden.