Por más que uno haga un gran esfuerzo para no escribir sobre la gusanera mayamera, en ocasiones se ve obligado a hacerlo, tal es el tema del cual me toca escribir hoy. Ustedes, lectores de Aporrea, saben bien quien es María Conchita Alonso. Por cierto hermanita de aquel famoso dueño de la Finca Daktari, propiedad de Robert Alonso, donde capturaron a 150 paramilitares colombianos, que había sido introducidos al país con la misión de crear un colapso político, que permitiera la asunción al poder de la derecha nacional, tras el asesinato de nuestro Gigante Hugo Chávez. Pero, dejemos eso hasta aquí, y vayamos con María Conchita.
Como ustedes saben, ella es cubana, nacionalizada venezolana, pero hoy día, se cuida mucho de decir en Miami que ella es venezolana. Y mucho menos cubana. Ella se siente gringa, hasta tal punto que cuando habla dice palabras en inglés y palabras en español. Se confunde. Su cerebro esta penetrado por el sueño americano. Pero quien cantante, en sus inicios, y actriz después, está metida en tremendo lío. Perdió los estribos. O como dice el título del artículo: se le volaron los tapones.
¿Qué le pasó a la quien popularizo aquella canción “La loca”? Se volvió loca. Resulta que decidió a apoyar al precandidato a gobernador de California, Tim Donnelly. Salió retratada en los periódicos con el vaquero, de posición férrea contra los emigrantes. Él ha declarado públicamente que si por él fuera echaría de su país a los emigrantes, sobre todo a los latinos. Ahora la actriz no encuentra como salirse del rollo, pues la comunidad latina la han torpedeado de lo lindo. Hace poco ante los medios de comunicación no encontró forma de excusarse. Su cabecita loca confundió el español y el inglés, y no sabía cómo hilvanar su cuento chino. “Sí, pero yes, ohh, not, yes, perdon…”
Eso le pasa por asomada. A ella le da nota que la confundan con una gringa, pero más que te vistas de seda, mona te quedas. Tú eres latina, cabecita loca. Y los gringos, por más que hayas filmado algunas peliculitas en ese país, no es menos cierto que seguirás siendo, hasta tu muerte, María Conchita Alonso, y por demás cubana-venezolana. Esta es la personita que le gusta que Cala la entreviste en CNN para echarle m… al país y a quienes los dirigen. Pero, mientras tanto, recoge los tomates que te están tirando, la comunidad hispana. Remember a Oswaldo Guillén, cuando dirigía a los Marlins, y la comiquita que hizo ante la gusanera. ¡Volveré!