Escuchamos con atención el llamado que el actual gobernador del Táchira, mayor (Ej.) José Gregorio Vielma Mora hizo al obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mario Moronta a quien le pidió que exhortara a todos los párrocos, presbíteros, seglares y feligreses de la Iglesia Católica de la región andina a sumarse, además de la oración, de una manera más activa a trabajar por la paz de toda Venezuela.
Al llamado correspondió el Obispo Mario Moronta, cuando expresó a través de los medios de comunicación del país su opinión al respecto: “Renuevo el mensaje de invitación a dialogar a encontrar caminos para la paz... Hago la invitación a todos para que cese la violencia y nos respetemos mutuamente. Podemos confrontar ideas, incluso contrarias, pero siempre respetando la salud espiritual y corporal de los demás”.
El mensaje del pastor del Táchira cobra importancia en estos momentos que vive Venezuela y su palabra, va más allá de una simple Pastoral y de las declaraciones formales de la CEV que nos tiene acostumbrados a los destemplados mensajes de sus más altos jerarcas, quienes no esconden su olfato político y su posición solapada contra el Gobierno del Presidente Maduro y también puesta de manifiesto, con sus antecedentes golpistas, contra el Comandante Hugo Chávez.
El obispo Moronta fue más preciso al dirigirse a los dirigentes políticos y a los estudiantes de Venezuela al manifestar: “les invito a que busquemos un encuentro para que sentemos las bases de las ideas que queremos discutir ante las autoridades o instancias competentes, y dar pasos concretos, pero sin crear un caos; porque la violencia sea de las autoridades o de los manifestantes, en ningún momento dará resultados positivos, por eso pedimos que cese la violencia. Por eso, la invitación a que construyamos la paz y evitemos la violencia y nos comportemos como hijos de Dios. Les invito a que se facilite la voluntad de un encuentro”.
“Debemos – puntualizó Moronta – cuidar los bienes materiales, no hagamos daños a nuestros pueblos y ciudades. Podemos manifestar sin violencia, reconociéndonos unos a otros y sin llegar a extremos”.
En realidad cobra significación el mensaje del Obispo del Táchira; estado fronterizo que ha sido sacudido en los últimos días por las fauces del fascismo, donde además se han visto amenazas, más allá de una protesta y con una alta dosis impregnada de terrorismo.
Todos hemos vivido experiencias no muy agradables en los últimos meses en nuestro país. Compartimos el alerta dado por el Presidente Nicolás Maduro y el cual no debe caer en saco roto. El mensaje es contundente. Detrás de esta oleada de violencia y de fechorías callejeras contra instalaciones públicas y del pueblo venezolano, lo que se busca es pescar en río revuelto.
El Comandante Chávez siempre nos lo recordaba con mensajes claros y futuristas. La CEV tiene un papel muy singular, en estos momentos, para asumir un rol estelar en defensa del pueblo venezolano; más allá de sus intereses particulares y dogmáticos.
El ejemplo está a la vista y el Papa Francisco así lo ha señalado: “La Iglesia debe estar al lado de los pobres”; aunque, el padre Palmar diga lo contrario y le falte el respeto al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
“No, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”…Venezuela quiere la paz.