Son criminales, guarimberos, sádicos, fascistas y a veces son nuestros vecinos...

Nada de lo que diga puede mostrar mi indignación y nada de lo discutido logra sacar de su capsula de odio a seres que los llegué a ver celebrando en su casa la muerte de un hombre, si la muerte de Hugo Chávez.

Los vi, los escuché, no me lo contaron y ahora así como los criminales nazis, celebran el asesinato de una valiente mujer, embarazada, honesta, buena. Los que celebran parecen personas hablan, discuten, votan y al mismo tiempo son asesinos, criminales, perversos, mentirosos, cínicos.

Puede decir que es teatrera y que tiene el Teatro como su palacio intocable sin embargo señala con saña, persigue apunta, delata, entrega, ofende, escupe y luego huye de los actos cometidos por las alcantarillas del espíritu.

Puede ser un médico, si, ese que trata enfermedades, pero que al igual que Josef Mengele es carente de ética y entre receta y receta entre examen y examen manda a quemar el CDI mas próximo para que no exista competencia, no importa que el gobierno de Chavez le haya dado los recursos financieros para terminar sus estudios, no, su ética está impresa en papel moneda, su familia en orden de importancia está en el valor del billete que porta en ese momento en la mano.

Puede ser y conocer el mundo universitario pero como a Romero el de la U.C se le sale por los poros lo Millan Astray y no existe fuerza humano que lo saque de su conducta y de su manera de asumir el mundo y su mundo. Sueñan con alzar la mano y gritar “VIVA LA MUERTE”.

A veces se disfraza de Fotógrafo y entre disparo y disparo de la cámara abrazan la posibilidad el sueño en comentarios y palabras sin atadura su caradurismo de mal humor y es que lo básico de su trabajo lo trata de encarar con imágenes en su muro ensalzando el odio y el crimen. Marcos que no son alemanes, ni de ventanas miembros de Círculos viciosos o de gráficos.

De estar en el poder soñarían con empalar a los que no piensen como ellos, nos arrastrarían por las calles intentado hacer escarnio de lo que pensamos. Desean ser los torquemadas del siglo XXI. No tienen sueños, su vida es una pesadilla y desean que al despertar su idea monstruosa y perversa se vuelva realidad.

Nada humano nos es ajeno y sabemos que tendremos que convivir con estas bestias con nombre y apellido, pero no se pasen de la raya…
TAMBIÉN SABEMOS COMO ENFRENTARLOS,
CRIMINALES…


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Yuri Valecillo


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