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“Vicepresidente, se me acabo el tiempo, pero solicito una prorroga, en mi condición especial. Usted sabe que está hablado el gobernador del estado Miranda, y el líder máximo de la oposición democrática y guarimbera. Imagínese usted, Vicepresidente, soy el dueño del equipo, cuarto bate y la madrina, todas esas cosas a la vez. Entonces, Vicepresidente, usted no cree que merezco un trato especial en esta habladera. ¡Dígalo, ahí, mi Vice! Soy especial en todo lo que he hecho en mi vida. Mi apellido es Capriles Radonski, mientras el suyo es Arreaza. Ve la diferencia. Le voy a refrescar la memoria: yo soy el chocolatico nuevo. Soy el flaco. No uso desodorante. Como Soapara y vigilo el mar en mi submarino, a través de un telescopio. ¿Qué más quiere Vice?”
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“Vicepresidente, páreme, porque si no lo voy acusar con el Papa Francisco, ¿no es verdad, Nuncio? Lo voy acusar de tortura piscícola, perdón, psicológica, por no dejarme hablar unos minuticos más. Yo soy fuera de serie. No soy un dialogante de esos del montón. Yo me doy mi cachet, como candidato perdedor en dos oportunidades, una contra Hugo Chávez, a quien respete en vida, aunque no sé dónde ni cuándo murió. Ahora me dirijo, al Nuncio, pero no es con el Nuncio mi royo, es contigo Nicolás, que dices que eres Presidente. Un usurpador, es lo que eres. Estás allí, muy horondo, arrellanado en la silla, donde debería estar yo. Pero me robaste, inclusive, impugné una mesa donde yo había ganado de la pura la arrechera que me dio cuando oí los resultados del CNE”
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“Tú, Nicolás no tienes b… para meterme preso. Te duermes todas las noches, pensando en eso. En que me vas a enchirolar como a Leopoldo. No, mijito, yo no soy Leo. Conmigo te equivocaste de banda a banda. Soy guapo y apoyado. Sigo siendo el rey, a pesar de los esfuerzos que ha hecho Leopoldo, María Mentira y el vámpiro Ledezma, para destronarme. No lo van a lograr y no lo van a lograr. Tengo el apoyo de lo que queda de la MUD. Me apoyan las fuerzas ocultas de Satanás. Y tú y yo, Nicolás, más temprano que tarde nos vamos a medir otra vez. ¿Y Sabes una cosa? Te revolcaré. No tienes escapatoria, Nicolás, ok… Por fin, Vicepresidente me va a dar los minuticos o no. ¡Dígamelo ya!, antes de que mande a mis muchachos y muchachas a darle duro… a reventar… a drenar esa arrecheeeeeera en las calles. Gracias, muchas gracias, Vice. Yo contra usted no tengo nada. Mi pique es con Nicolás…”. ¡Volveré!
Teófilo Santaella: periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la isla del Burro, en la década de los 60.
