¿Por qué Ramos Allup odia al perro Pastor?


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¿Por qué cree usted que Henry Ramos Lisandro Allup odia a Pastor Heydra? Dicen que por lo que dijo Pastor de Henry, que fue lo mismo que oyó o leyó Henry, que dijo el perro Pastor. Eso dicen. ¡Qué enredo caballero! Confieso que yo no voy a referirme a esas cosas feas, por ahora. A lo mejor nunca. Lo que sí puedo decir es que tenía tiempo pensando sobre escribir un artículo acerca del máximo jefe del de lo que queda del partido blanco, quien dicho sea de paso, es oriundo de la región de las naranjas dulces y las mujeres bonitas. Esperé la oportunidad y esa llegó la noche del jueves 10 de abril, cuando se realizó el primer encuentro entre oposición y el gobierno revolucionario, liderado por Nicolás Maduro Moros, donde Ramos Allup se la comió completa. Esa noche estuviste magistral, como todo un alumno de David Morales Bello, oriundo de Ciudad Bolívar, y también abogado como tú, y que nunca tuvo en un cargo público, como se ufanaba en decir, como tú. Además era abogado como tú, y de origen libanés, como tú. Fue el mismo que en 1992 gritó en el antiguo Senado: ¡Mueran los golpistas! Refiriéndose al Comandante Chávez y a sus compañeros. Mejor dejémoslo hasta allí. En fin, estuviste como siempre. Tu gesticulación rara con las manos (tal vez de allí la opinión de Pastor Heydra, acerca de tu persona), ha perdido fuerza, debido a tus 71 años de vida.
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También te viene fallando la memoria. Le cantaste, de manera directa, a Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, que en la Constitución de 1999 no aparece la palabra socialismo, ni revolución, ni nada como cívico-militar, refiriéndote al binomio invencible del pueblo en armas. Es decir, de los militares y los civiles hermanados por la revolución del siglo XXI. Estoy de acuerdo contigo, nada de eso aparece en la Constitución, pero… te pregunto: aparecía en la Constitución que regía en el año 45 esta perla: (Coro del himno de Acción Democrática de Andrés Eloy Blanco e Inocente Carreño) Adelante a luchar milicianos/ A la voz de la revolución/Libre y nuestra la patria en las manos/De su pueblo, por fuerza y razón/Sin señor, sin baldón, sin tiranos/Con la paz, con la Ley, con la acción. ¿Y entonces? En aquella época hablaban ustedes, muy orondos, de la revolución de octubre. ¿Sí o no? ¿Y estaba eso en la Constitución? Morales Bello pasó a la historia con aquel grito en el Congreso Nacional, ¡mueran los golpistas! Dime Henry, ¿cómo entrarás tú a la historia? ¿No será por haberte dejado bozalear por los mariposones o maripositas, lechuguines o lechuguinas y petimetres?



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Pero tu memoria falla demasiado. (Conste que te tuteo porque soy mayor que tú). Pero tengo mi memoria aceitadita y recuerdo muchas cosas que hicieron los gobiernos adecos-copeyanos, y no todo estaba en la Constitución. Para muestra no basta un botón, en este caso son varios los botones. Estaba en la Constitución tirar de un helicóptero a guerrilleros. No, verdad. Y desaparecer a los opositores de izquierda. No, verdad. Y torturar a los presos políticos. No verdad. Y meter presos a diputados primero, y allanarle la inmunidad después. No, verdad. Y aquella consigna de disparar primero y averiguar después. No, verdad. E ilegalizar a un partido político, en menos de lo que canta un gallo. No, verdad. Y regalarle un barco a Nicaragua, sin tener donde navegarlo. No, verdad. Y que una amante de un presidente adeco tuviera poder para meter preso a cualquiera, para interferir en los ascensos militares, y ponerse un uniforme de generala. No, verdad. Estaba en la Constitución del 61 masacrar al pueblo de Caracas un 27 de febrero de 1989, ante el caos que habían creado los IESA-boys, los amigos y asesores del presidente adeco, Carlos Andrés Pérez, y que tuvo sus inicios en Guarenas. No, verdad. Mira Henry, pudiera escribir cientos de cuartillas sobre lo que hicieron los gobiernos de la IV, pero está bueno hasta aquí. Con eso basta para taparte tu boquita pandurequeada. Paso a otro tema.
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Henry, ya tú estás viejo. Suelta esa teta que tienes desde hace años, al frente de lo que queda de aquel glorioso partido blanco. Por favor, ábreles espacio a los jóvenes. Tus gestos y tu rostro te desnudan. Cuando la cámara te hace un close-up pareces que estuvieras mascando el agua, a pesar de que tan sólo tienes 71 años. Me supongo que hay una cola, pequeña, pero cola al fin, esperando que tú democratices al partido y luego te vayas a comer naranjas en Valencia. Y, si no hay juventud aguerrida en AD, pídele a Diosdado Cabello (a quien por ciento pareciera que no pasas ni en fotografía), que te preste unos jóvenes del PSUV, donde hay por montón, y, de pronto, se cojan el partido para ellos. Anda, chico, no seas maloso con la juventud. Apártate a un lado. Y tomate una vacaciones por el resto de tu vida. Las nuevas generaciones de jóvenes con aspiraciones políticas, te lo van a agradecer por toda la vida. Deja tu rol de declarar fraude donde nunca la ha habido, porque sencillamente has prometido presentar las pruebas, y nunca lo has hecho. ¿Por qué será? Por favor, Henry Ramos, óyele, por primera vez en tu vida, a la voz de tu conciencia. Estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por Delcy Rodríguez, en torno a ¿qué pensabas tú, Henry Ramos, cuando en la década de los 60 se pedía amnistía para los presos políticos, como Pompeyo Márquez, Teodoro Petkof, entre otros, por rebelión militar, no por asesinar a nadie… Remember… Ahí te dejo eso. ¡Se cansa uno! ¡Volveré!

Puerto Ordaz, 29 de abril de 2014



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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