Con emoción y orgullo revolucionario he aceptado esta nueva designación presidencial, que agrega a mi rol de Ministro de Comercio, la dirección de la SUNDEE. Son competencias afines, que coordinadamente hemos venido trabajando desde el inicio de la gestión.
Desde la oposición radical, especialmente la gremial empresaria, se ha instalado una guerra mediática procurando satanizar la función de la SUNDEE y los equipos que tienen la obligación de aplicar la Ley de Precios Justos, que es su ámbito específico.
La meta establecida es nítida: “asegurar el desarrollo armónico, justo, equitativo, productivo y soberano de la economía nacional”. Es decir un perfil eminentemente social y nacional, que nos lleva a proteger el salario e ingresos de todos los que trabajan y producen en nuestra amada Patria.
¿Alguien puede oponerse a estos fines?
Sí. ¿Quiénes?
Los especuladores. Los acaparadores. Los mafiosos que manejan delictivamente la distribución de ciertos productos estratégicos. Los usureros que hacen sus fortunas vendiendo con ganancias de más del 200 %, como hemos detectado en muchas tiendas grandes, medianas y pequeñas, porque el maldito virus capitalista penetro a todos y ahora debemos ayudarlos a erradicarlo.
Las comisiones presidenciales supervisan, controlan, inspeccionan y fiscalizan el proceso comercial. En caso que hubiera incumplimientos de la ley, se aplicarán los correctivos del caso.
El principio que nos orienta es bien constitucional: “Dentro de la Ley todo, fuera de la Ley nada”.
Es simple, como diría mi abuelita, “el que no la debe no la teme”.
Compatriotas: La ofensiva económica es moral, irrenunciablemente social y a favor de ustedes. Un fuerte abrazo y gracias por el apoyo.