Las diferentes corrientes de la oposición, en su carrera por el poder, buscan la certificación gringa, ésta será la consagración definitiva. En esta competencia, arria y
Una de las primeras y principales exigencias a todos estos candidatos es el ataque a la Revolución Cubana, los gringos exigen esa prueba de fidelidad, así estarán seguros de que el ungido no caerá en las redes del capitalismo chino o ruso. Es por eso que capriles se adelanta y se pone al frente del ataque a la Revolución Cubana, ahora propone yugularla negándole combustible a aquel pueblo heroico. La campaña contra Cuba es bien diseñada, dirigida, desde el norte. Veamos.
Aprovechando los intentos del gobierno de racionalizar el despilfarro, el nuevo riquismo con el consumo de gasolina, la necesidad -más ética que económica- de ajustar el precio, capriles convoca a la masa al egoísmo, y propone perjudicar, abandonar, a los países del Caribe con tal que nosotros sigamos en este festín de gasolina que es vergüenza frente al mundo. Quiere sacar provecho de las debilidades ideológicas de la población, intenta estimular el egoísmo capitalista, así obtiene dos beneficios: se gana la certificación gringa y eleva la base psicológica del capitalismo.
Propone este candidato a procónsul del imperio que este pueblo que salió un día con Bolívar a liberar al continente, que regó con su sangre el árbol de la libertad americana, renuncie a su condición humana fraterna y se transforme en un pueblo guiado por el odio y el egoísmo, que se condene a vivir en la desgracia de ser un campo de batalla donde cada uno se importe sólo por sí mismo. En otras palabras, que sea terreno de la miseria espiritual y material del capitalismo. Propone este pichón de gobernador que nos envilezcamos, que nos transformemos en bestias inhumanas.
El ataque a Cuba es un plan, lo repetimos. Al lado de las declaraciones de capriles aparecen los editoriales de el nacional y la pluma de otros articulistas. No es algo gratuito, Cuba le pesa en el alma al imperio gringo, su ejemplo le atormenta, teme que un día pueda expandirse por la América ese amanecer; cuando la ALBA se haga fuerte, cuando la relación entre nuestros países no sea una operación capitalista sino una muestra de fraternidad de los pueblos; cuando nos guíe, no las normas del mercosur capitalista sino la filosofía de la ALBA, de esa verdadera unión de los corazones que soñaron Fidel y Chávez, Martí y Bolívar, y que secundó Evo; ese día, en la tarde, las trompetas, las campanas, tocarán el fin del capitalismo, y los pueblos saldrán a las calles agarrados de las manos, jubilosos, celebrando el encuentro del humano consigo mismo.
Ya sabemos que la preocupación de capriles no es simplemente por el aumento de la gasolina. Se trata de aprovechar la oportunidad para intentar que el pueblo humilde sea sepulturero de la esperanza de redención que se resiste a morir. capriles aspira ser ariete del imperio gringo-sionista en su disputa con el capitalismo chino, quieren aplastar la salida del sol del nuevo mundo, del Socialismo.
