Hablando claro y en lenguaje coloquial. La guerra económica desatada en contra de Venezuela tiene como único objetivo destronar a Maduro y a la Revolución Bolivariana sin importar un comino que el pueblo se muera de hambre y por falta de medicinas; que no consiga cauchos para su vehículo ni hojillas para rasurarse; ni toallas sanitarias ni pañales para los bebés. En fin que no consiga nada y sí lo consigue que sea a un precio bien alto. Aquí están aplicando la misma guerra económica desatada en contra de Salvador Allende, que devino en la muerte de la Revolución Chilena y del propio Salvador. Quien quiera saberlo al pelo, por favor, que lea La casa de los espíritus, de Isabel Allende. Pero Maduro, poco a poco la ido derrotando contando con el apoyo de los militares, del pueblo, de su gabinete y del PSUV. Todo ello ante el silencio irresponsable de los dirigentes mediáticos de la Oposición. Qué no han dicho ni pio.
El gobierno venezolano es el mejor cliente del país: Es dueño del petróleo, oro, hiero; compra pólizas de seguro, vehículos, aviones, helicópteros, es el dueño de los dólares, otorga licencias de importación y de exportación, contrata pequeñas y grandes obras de construcción y costosos servicios profesionales en el campo del derecho, de administración, de ingeniería, etc. Asimismo compra pequeños y grandes terrenos e inmuebles; otorga licencias para bancos y agencias financieras. En fin. Quien ostente el gobierno tiene la oportunidad de hacer los mejores negocios del mundo. La IV República lo ostentó durante mas 40 años y compraron periódicos, canales de televisión, desarrollaron el Este Caraqueño, Lagunita Country Club, compraron aviones yates, para vivir como los propios pachás. Pero llegó Chávez y se les acabó la manguanga. En principio La Godarria criollo trató de enamorarlos, de captarlo. Pero el arañero de Sabaneta los mandó bien lejos, "palca".
Desde el mismo instante que el comandante Chávez nombró al Ministro de Hacienda y al presidente del Banco Central de Venezuela desatendiendo el sempiterno lainó que mandaba Fedecámaras a los títeres de La IV República, y decretó La Ley de Tierra vía Habilitante. Allí ardió trolla. La Canalla se dio cuenta que la vaina de Chávez iba en serio. Y desde entonces no han parado en su intento por tumbar primero, a Chávez y, después, al Presidente Obrero. Nicolás Maduro. Por eso la guerra económica. A los empresarios golpistas no les importa perder en sus negocios con tal de lograr el objetivo de ponerle las manos AL MEJOR CIENTE DE VENEZUELA PORQUE DE LOGRARLO HARÍA DE NUEVO EL MEJOR NEGOCIO DE SU VIDA. PONERLE SUS GARRAS AL GOBIERNO. PERO NO VOVERÁN. Para eso no les importa cerrar sus empresas, no producir nada, perder sus maquinarias. Pero ni "poelcarajo" les pagan las prestaciones a los obreros ni cancelan sus obligaciones tributarias ni sus deudas con los proveedores. El ejemplo más reciente es Clorox.
TINTERO.
Maduro va duro, con todos los "yerros", contra los rufianes que están contrabandeando con las casa de Misión Vivienda. ¡Hay mamá! Esos bichos tienen perfume a chirona.
TINTERO II
El otro día un hombre humilde me dijo en el kiosco donde aún compro los periódicos: "Américo. La Polar se va para Colombia". Mire hermano Lorenzo Mendoza, de gafo no tiene un Pelo. Él sabe que no hay país como Venezuela para hacer dinero. Querrás decir que se muda para Colombia mientras cristaliza su mojón pelúo de que tumben a Maduro. Lo que debe hacer él es pagarle las prestaciones a un coñazo de concesionarios distribuidores de su veneno, que aún no entiendo porque no han hecho realidad ese pago. Iris Varela, cuando diputada, anduvo en eso. Ese caso debería ser tomado en cuenta en el combate a la guerra económica desatada por La Canalla.