Luego de unas vacaciones estratégicas y planificadas regresa al escenario de la política venezolana y a la MUD, el dirigente socialcristiano Ramón Guillermo Aveledo, mejor conocido como “el Rasputín de la oposición”.
Aveledo apareció de nuevo como quien no quiebra un plato y con un discurso ambiguo, con el cual lanza loas al sistema democrático, constitucional y electoral; mientras que por otro lado, siembra dudas sobre el sistema electoral venezolano (CNE).
Apoyado en una encuesta realizada recientemente por la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, sostiene que “La mayoría cree que las condiciones electorales son desiguales” y que además “un 63.6% considera abusivas las cadenas presidenciales”; es decir, que el Gobierno o “la tentación del grupo en el poder es calcular que mientras menos gente vote, más fácil es ganar” (Ultimas Noticias, pag.32, 26-11-2014).
Para el “Rasputín venezolano” sembrar la duda y la desconfianza en el CNE es la estrategia opositora. Citando a Maquiavelo, el ex secretario de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, vuelve por sus fueros cuando afirma que “la elección de rectores del CNE puede reforzar la desconfianza, o, si se hace bien, servir a la confianza y a Venezuela”. En otras palabras: “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”.
Es casi normal en este tipo de dirigentes de la oposición venezolana, que mueve sus hilos en el escenario internacional del Departamento de Estado norteamericano y en lo que queda de la democracia cristiana europea (Italia-Alemania), ir en la búsqueda de recursos y financiamiento cuando se acerca alguna contienda electoral en Venezuela, como las parlamentarias del venidero año 2015.
Desde luego que la tarea ya no resulta tan fácil y se ha tornado cuesta arriba, cuando los fracasos y las metidas de pata por parte de los líderes de la oposición, actualmente conocidos (Henrique Capriles, María Corina, Antonio Ledezma y Leopoldo López) están tan rallados, que ya no dan la cara para justificar sus derrotas y explicar a los financistas el destino de la alta inversión que en ellos han depositado, sin ningún retorno y con un saldo de fracaso en fracaso.
Además Ramón Aveledo, como buen político de los pocos que subsisten de la IV República (sin dejar de nombrar al enigmático Ramos Allup) sabe muy bien que a tiempo se sacudió de la violencia, cuando no dio los resultados esperados; ¡claro!, y se cuidó de no retratarse con Uribe o con Lorent Saleh para dejar este trabajo sucio a Antonio Ledezma, María Corina Machado y al preso Leopoldo López.
Igualmente, se sacudió de la MUD para recomendar a “Chuo” Torrealba, cuando percibió que la nave se hundía y lo dejó para que recogiera los platos rotos. Por eso el “Radar de los Barrios” se creyó sus propios embustes y anda por todo el país con un discurso de “victoria profunda”, cuando la verdad es que “cachicamo trabaja p´a lapa”.
Al fracaso de las guarimbas y a la estrategia terrorista, ahora le cambian el discurso y hablan de paz. Es por eso que el “Rasputín de la oposición” lanza su retorno con la frase “estoy con Chuo” y en términos beisboleros dice: “regreso a la alineación del equipo de la Mesa de la Unidad”. (El Especulador, pag.2; 26-11-2014)
La verdad es que este tipo de políticos, admirador de Maquiavelo, a quien cita a cada instante, quieren pescar en río revuelto. Su sueño dorado es la silla se Miraflores pero se olvida que ya no estamos en las mediáticas campañas de la IV República; porque Venezuela cambió para siempre, desde la llegada del Comandante Hugo Chávez.
La guerra económica era su esperanza, pero el pueblo venezolano sabe que la MUD es sinónimo de burguesía parasitaria, de Fedecámaras y representa a los tira piedra de la franquicia amarilla, quienes no levantan cabeza y cargan sobre sus hombros la muerte de más de 45 compatriotas, por cuyos culpables el “Rasputín” de Aveledo no apuesta ni un peso, ni un un dólar perforado, así se lo regale el mismísimo Álvaro Uribe Vélez… ¡Amanecerá y veremos!
