Luego de varios días de asueto por la época de Navidad y Año Nuevo retornamos con nuestra familia al lugar habitual de residencia para iniciar el nuevo año con una acostumbrada normalidad, que más bien se ha convertido en una rutinaria anormalidad cotidiana provocada por la oposición.
Los días que fueron de reencuentro y celebración familiar, muy típicos y de arraigada tradición entre la población venezolana,se hicieron cortos para encontrarnos de nuevo con un acostumbrado viacrucis, provocado por quienes “tiran la piedra y esconden la mano” e irrumpen cíclicamentecon sus conocidas “guarimbas”, ahora de guerraeconómica,para llenar de pesadilla y de zozobra al pueblo bolivariano.
Mientras la mayoría del pueblo,en las diferentes regiones del país y de diferente signo político, se comía sus hallacas, daba sus abrazos y brindaba por un próspero y venturoso año 2015; los enemigos de siempre, los profetas del desastre y los serviles del Imperio planificaban y brindaban por su nueva estrategia de desestabilización.
Desde sus mansiones en el Norte e islas del Caribe, daban órdenes a sus serviles y vende patrias, para generar caos, lanzar guerra psicológica y acentuar la escasez y el acaparamiento, desde los primeros días de enero en Venezuela.
Para los revolucionarios, formados en la escuela de Chávez, ya no es nada nuevo el refrán “en guerra avisada no muere soldado” o en otras palabras, estar alerta y “ojo pelao” ante el enemigo.
Si bien, algunos quizá distraídos por el ambiente navideño, no vieron pasar de nuevo algunas gandolas con productos de la dieta básica por la frontera y cargas de combustible hacia Colombia, la realidad nos encontró con sorpresas en los mercados y con colas, no sólo de combustible para vehículos, en las fronteras del Zulia y del Táchira; sino en los abastos, supermercados y farmacias de todo el país.
Otros, supuestos dirigentes de la oposición, en salones de fiesta y Hoteles 5 estrellas, en medio de su embriaguez y repique de copas de buen escocés y de años macerado, hacían sus cálculos en dólares esperando una supuesta devaluación y añorando que el precio del barril de petróleo tocase fondo, para ver así a nuestro país postrado de rodillas ante el imperio norteamericano.
Mientras el Presidente Nicolás Maduro, ni corto ni perezoso, siguiendo los pasos del “Gigante”, el Comandante Chávez, iniciaba su periplo por el mundo; en especial por los países de la OPEP, los payasos de la oposición venezolana y los disfrazados de chavistas, siguiendo el libreto del “perfecto golpe latinoamericano”, vaciaban los anaqueles y ponían en suspenso de nuevo al pueblo venezolano, en espera de su añorada “guerra civil” para pescar en río revuelto, encontrar la tan ansiada “salida” y ver la caída del régimen.
No todo es color de rosa en tiempos de revolución porque como lo dijo el maestro, Comandante Hugo Rafael Chávez: “Recuerden compatriotas: esta batalla va a ser muy dura, porque no estamos batallando contra los factores de la oposición política venezolana, no estamos batallando tampoco contra los medios de comunicación; ¡no!, realmente estamos enfrentando al imperio norteamericano”.
Es por eso que decimos ¡Chávez vive, la lucha sigue! Y agregamos ante la nueva coyuntura de “guerra económica” que vive el país: la oposición ataca y el pueblo lo sabe.¡No bajemos la guardia camaradas!.
¡Unidad, lucha, batalla y victoria!... ¡Venceremos!