Al realizar un estudio sobre la terminología “Antagonismo”, se logra apreciar que es la contraparte de un todo según los fenómenos socio – políticos aplicados para el momento. Eso fue lo vivido por los pecados del comandante eterno Hugo R Chávez al darle beneficios a los excluidos, invisivilizados y/o marginados producto de un sistema político neoliberal implantado por el puntofijismo pero acrecentado en el último gobierno de CAP, cuando anuncia las nuevas medidas económicas denominada “Paquetazo” producto de acciones integradas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para endeudar al país y ejecutar ajustes como la liberación de las tasas de interés por la banca, aumento de la gasolina y servicios públicos entre otras acciones para pagar la deuda adquirida a costa del hambre de los venezolanos, durante el periodo presidencial del CAP, el motor o creador del paquetazo fue Moisés Naím, Ministro Fomento.
A consecuencia de estos anuncios, se produjo un alzamiento o rebelión civil iniciado en Guarenas y culminado en Caracas. La bomba de tiempo con marca neoliberal inoculada por el anterior presidente, Jaime Lusinchi (1984-1989), explotó en la cancha de Carlos Andrés, quien permitió que la policía asesinara a diestra y siniestra para reprimir a quemarropa la rebelión popular. Por los diarios de la época circulaban titulares alusivos a la tensa situación que atravesaban los venezolanos en 1989, cuando se desinflaban sus bolsillos ante un aumento del 102. 9 % en bebidas y alimentos, por ejemplo. El paquetazo de medidas adoptadas a principios de febrero de 1989 por Carlos Andrés Pérez supuso, entre otros perjuicios para el pueblo, el incremento en un 100% del precio de la gasolina y el alza de las tarifas de los servicios de luz, agua y teléfono. Para el 80% de venezolanos excluidos, a la altura del 27 de febrero de 1989 no había otra opción que rebelarse. El llamado Caracazo culminó a principios de marzo con un saldo de miles de muertos, aunque las cifras oficiales indicaran menos de 300. En el Congreso de la época se debatía sobre la pertinencia o no de suspender las garantías constitucionales, mientras las fuerzas policías allanaban casas con total impunidad.
Estos hechos lograron para el 28 de febrero la publicación en Gaceta Oficial el Decreto 49, que suspendía en toda Venezuela las garantías establecidas en los ordinales 1, 2, 6 y 10 del artículo 60 y en los artículos 62, 64, 66, 71 y 115 de la Constitución. Tal documento fue firmado por Carlos Andrés Pérez, refrendado por su Consejo de Ministros y legitimado también por el Congreso de la época. Frente a los ojos de la Historia, se pretendía cubrir con un velo de legalidad la masacre y el caos.
Estos fenómenos sociales fueron punta de lanza para la ejecución de la rebelión cívico – militar del 92’, que trajo como consecuencia un término denominado por la historia como una inspiración para el pueblo maltratado por las políticas devastadoras y la represión del ex – presidente Carlos Andrés Pérez; esa palabra fue “por ahora” y trajo como consecuencia un vuelco a la praxis política de la IV república a la generada y ejecutada por la nueva república en donde su única mancha ha sido darles beneficios a los olvidadas y utilizados como muchedumbre por parte de los hijos de la teoría Monroe – puntofijista y puesta en práctica por la aristocracia, la cual, mutó para constituir una oclocracia en la tierra de libertadores venezolanos.
Estos fueron los hechos dados por parte de quienes aplicaron dicha política destructora de beneficios sociales de una mayoría y que continúan sus acciones desestabilizadores enmarcadas desde 2002 hasta principios del 2014, generando una serie de acontecimientos antagónicos a la tesis política socialista, es decir, mientras el socialismo afana sus pasos por dar beneficios en materia de salud, educación, vivienda, agro, pesca, entre otros beneficios sociales; para la oposición es vista como una carga social, tal cual, como lo ejecutaron cuando fueron gobierno, es por ello que cuando se hace referencia a término “Socialismo antagónico” se trata de explicar cómo una antítesis a la actual, busca destruir y atacar por medio de una guerra silenciosa al pueblo para implantar un sistema capitalista que fracaso a finales del siglo XX junto a FMI, el Banco Mundial y la escuela de Chicago traída por el ex – presidente Carlos Andrés Pérez.