En días pasados alrededor de los tiempos de carnaval apareció un documento político suscrito por la ultraderecha nacional titulado “Acuerdo Nacional para La Transición” lo cual ha generado la mayor variedad de interpretaciones sobre el porqué y el para qué de ese comunicado.
El contenido del mismo es un recetario producto de un libreto redactado en un lugar desconocido pero que posee toda la intención de cierto sector opositor de “ofrecerse de manera espontánea” y con el único interés de que le otorguen el poder por cualquier vía para desmontar, arrasar y aniquilar con todo lo que huela a rojo rojito y hacerlo desaparecer de todo el territorio nacional, durante un determinado tiempo que se conocería como “la transición”.
Para los redactores y apoyantes de semejante documento lleno de oscuras intenciones y con muy poca fundamentación programática desde el punto de vista político, aparece en el escenario cuando el gobierno nacional (legal y legítimo) descubre todo un mapa de acción estratégica a través de una intentona o amago golpista para generar la sensación de que “el gobierno se está cayendo” y que sólo falta un empujoncito por parte de fuerzas extranjeras con complicidad interna para estimular “una invasión salva patria”.
Ese plan operativo o acuerdo nacional entre los sectores opositores, es una confesión pública sobre el “doble discurso” o el juego de la “doble banda” que tienen montada ésta dirigencia difusa y ambivalente que por un lado se muestran como demócratas y creyentes de la vía electoral para dirimir las diferencias políticas, pero por otro lado, se frotan las manos en la espera de salidas inconstitucionales para decir: “aquí estoy yo si no me han visto”.