Que un niño de 11 años, estudiante de en una Escuela Bolivariana, no tenga aún criterio suficiente para discernir el valor de las políticas sociales que impulsa el gobierno y gracias a las cuales él estudia gratuitamente, recibiendo una educación de calidad, que incluye servicio de alimentación, y además le provee de libros de textos, así como un moderno computador, puede ser comprensible.
Que la maestra que atiende a ese mismo niño, en el aula de clases, valore tan poco las políticas educativas que desde 1999 puso en marcha el Presidente Chávez y hoy continúa ejecutando el gobierno de Nicolás Maduro, parece una verdadera contradicción que perjudica al sistema escolar o al menos a quienes desde el gremio docente asumen esas posiciones en la educación que se imparte.
Que una familia de extracción humilde, beneficiaria directa de muchas de las políticas sociales que ha impulsado el gobierno bolivariano de Hugo Chávez, reniegue de ellas y de quienes hoy las promueven, evidencia las colosales deficiencias ideológicas que después de 15 años padece la Revolución Bolivariana.
Que alguna gente de los sectores populares sea capaz de decir que vivimos circunstancias similares a las que generaron el Caracazo el 27F del 89, hace 26 años, evidencia un olvido descomunal del pasado de pobreza, miseria y exclusión al que fueron sometidos los sectores populares de nuestra sociedad, antes de 1999.
Parece que la Escuela Bolivariana no ideologiza tanto como algunos denunciaron a los cuatro vientos; mientras por otro lado, quienes siguen ideologizando, sin duda, son los medios de comunicación que promueve los intereses del capital y se encarga de convencer a todos de que volver al pasado de la cuarta república es mejor que mantener un gobierno que se ocupa del pueblo y de satisfacer sus necesidades.
Afortunadamente parece también que este pueblo está claro y entiende que el único futuro posible para él lo representa la continuidad del Legado de Hugo Chávez y el gobierno de Nicolás Maduro, con sus defectos y virtudes.
La oposición sólo le ofrece al pueblo la muerte y el abismo. Nada distinto a lo que siempre el pueblo ha recibido de esa dirigencia opositora que hoy ataca ferozmente al gobierno de Maduro, añorando un Caracazo con su secuela de muertes y desgracias para el pueblo.