Derrotados durante 15 años por Hugo Chávez, el teniente coronel a decir opositor, y por el chofer de autobús, Nicolás Maduro, durante los últimos dos, la oposición y su dirigencia insisten en el rompimiento del hilo constitucional. En una carrera insurreccional sus “líderes” en busca de protagonismo y a sabiendas de no tener fuerza política, social y militar interna suficiente, repiten una y otra vez viejos esquemas de golpes de estados, al final siempre se estrellan con la misma PARED. Cómo en su tiempo, contra Chávez, y a ahora contra Nicolás, su gran error, el creerse inteligentes, superiores, guapos y apoyados. Se equivocan al desconocer y subestimar al pueblo que apoya y defiende el proceso de inclusión social en el contexto de la Revolución Bolivariana o Socialismo del Siglo XXI. ¡De la inteligencia social!
Hoy, envalentonados, corren hacia la fama. ¡No, no y mil veces no!, corren como ferrocarril sin control. Se mueven por caminos sinuosos a alta velocidad en la que lo más certero es su descarrilamiento. Lo grave de ese comportamiento es que, “en su alocada y bien planificada carrera” quieren llevar a sus seguidores, a los chavistas y a los “apolíticos”, en fin quieren de cualquier manera conducir a Venezolana a un abismo interminable. Su plan es llenar a la sociedad venezolana de muerte y destrucción. ¡De TERRORISMO!
Apoyados como se creen por la potencia militar más poderosa del planeta, su ambición no tiene límites, lo importante para ellos es la conquista del poder político. ¡Poder político de una tierra devastada!, extraña pero evidente forma de gobernar del imperialismo norteamericano en estas primeras décadas del siglo XXI.
¿Por qué o para qué insisten en tomar el poder de forma violenta? Son tantas las derrotas de la oposición que su dirigencia no tiene moral, no tiene otro camino que no sea el la destrucción y la muerte, el del terrorismo. SUS AMOS DEL NORTE ASÍ LO EXIGEN. ¡Les están torciendo el brazo! Ya basta de tantos $ sin retorno visible, IMPERATIVO es que, quienes como dirigentes opositores se han enriquecido, estafando a los “inteligentes” imperialistas norteamericanos, con la promesa del retorno al poder, ahora deben pagar sus deudas. La torcedura de brazo imperial implica, si es necesario, la inmolación. Los centros de poder mediático y propagandístico a través de sus heraldos de la muerte, contaran al mundo “su verdad”, las perversiones e irrespeto a los DD.HH. del opresor régimen de Nicolás Maduro. ¡Ya es un cuento viejo durante 15 años contra Chávez!
Tristemente, los seguidores de esta enferma dirigencia opositora sufrirá, como los chavistas y los ni ni, de tan oprobiosa y descabellada aventura. Para esta dirigencia opositora ejercer el poder por el poder de una tierra devastada es y será siempre una acción anti patriótica, anti venezolana, anti Sudamérica. Propia de súbditos imperiales en quienes la DEMOCRACIA, LIBERTAD y SOBERANIA son sustituidas por obediencia ciega. POR ESCLAVITUD.