Con las medidas de emergencia nacional en los Estados Unidos de América, por una pretendida amenaza de Venezuela, Obama ha tomado en sus manos, abierta y directamente, la acción desestabilizadora, guerrerista contra Venezuela, América Latina y el Caribe. La oposición interna no es confiable, no tiene pueblo, apoyo popular, no reúne las condiciones políticas necesarias para tan macabros fines.
Hoy, tras saberse tan nefasta decisión, esa oposición luce perdida en el espacio y tiempo histórico, ¡está entrampada!. No sabe si corre hacia al frente y defiende los interés de Venezuela ante el invasor o da un paso atrás y les abre las puertas al infierno. Las decisiones de Obama la han acorralado, o están con la Patria, como hombres y mujeres libres, soberanos e independientes o no están.
Desde el norte, allá por los Estados Unidos, la información es, como siempre, contradictoria son o no son las medidas anunciadas. Es o no una declaratoria de invasión, destrucción y muerte. Obama y su gobierno, un día dicen y hacen una cosa, ¡llenan de terror al mundo! Al siguiente, dicen que ellos no quieren, no dijeron o no son. ¡Que se les entendió mal! Sin embargo la historia cuenta otra cosa.
La oposición esconde su cabeza, piensa que así las bombas inteligentes no les dañaran, pero en el fondo de su alma, de su corazón, de su sangre LIBERTARIA, saben, están conscientes y muy claros que si lo decretado por Obama es sólo amenazas y no se concreta la intervención contra Venezuela, en lo político ellos saldrán muy mal parados, su relación con los Estados Unidos y participación en acciones desestabilizadoras, terroristas es evidente. ¡Ya no se pueden esconder! Al final y por mucho tiempo seguirán siendo oposición.
De concretarse la acción intervencionista, prevista en la declaratoria de emergencia nacional de los Estados Unidos y su guerra preventiva, serán las fuerzas invasoras las que gobernaran una tierra devastada y ellos, la oposición, al igual que muchos venezolanos, desapareceremos. En el futuro, la historia de estas aciagas horas recordará su triste, denigrante y bochornoso papel.