"Quien pretenda llevar adelante un proyecto de transformación, inevitablemente, más temprano que tarde, chocará con el imperio norteamericano; el choque es necesario, así lo creo, porque el choque define".
Hugo Chávez Frías, Palacio de Miraflores, 28 de marzo de 2006
Si algo pudiéramos reflexionar los venezolanos de los últimos acontecimientos en los cuales ha estado involucrado nuestro país, desde el Decreto de Obama que declaró a Venezuela como “una amenaza” para los Estados Unidos” hasta la última Cumbre de Las Américas realizada en Panamá, es el inexplicable silencio de la cúpula de la iglesia católica representada en la CEV.
No es que aspiremos a su intervención a cada rato en los asuntos políticos de nuestro país (cosa que hace con frecuencia a favor de la oposición), sino que los católicos venezolanos (chavistas y no chavistas) en acontecimientos históricos como los ocurridos recientemente, desearíamos que al menos, haya un pronunciamiento de solidaridad con la Patria de Bolívar.
Es bueno decir que de la pasada cumbre realizada en Panamá se pudieron obtener varias lecturas, luego de los 35 discursos pronunciados por los mandatarios de América que allí asistieron.
Desde la presencia del anti-histórico Barack Hussein Obama hasta el debut en estas cumbres, del representante de Cuba Raúl Castro, todo fue un abanico de matices, tanto de pro norteamericanos como de “anti imperialistas” (como la gran mayoría de centro y sur américa), quienes hicieron acto de presencia en el encuentro donde al final - como se había anticipado - no hubo un acuerdo o consenso, por la tozudez de los representantes de la América del Norte, es decir Estados Unidos, Canadá y México.
Una vez superada la prueba, de la cual ahora se recogen las más variadas interpretaciones, ya pudiéramos decir que casi todo está dicho y las expresiones de los presidentes mostraron sus posiciones y sus posturas ante el coloso del norte.
En nuestro caso vibró la voz del Presidente Nicolás Maduro quien resumió en cuatro puntos su propuesta:
1.- EEUU debe rectificar el error de origen de creer que con la partida y la muerte de Chávez se acababa la Revolución Bolivariana.
2.- Derogar el Decreto que considera a Venezuela como una “amenaza” para los Estados Unidos.
3.- Desmantelar la maquinaria de guerra que tienen actualmente los Estados Unidos en su embajada de Caracas, Venezuela.
4.- Tomar medidas legales contra la conspiración permanente que mantienen contra Venezuela ciudadanos norteamericanos y venezolanos desde New York y Miami.
Igualmente - aunque no lo reconozca la oposición venezolana - el presidente bolivariano Nicolás Maduro brilló junto a los mandatarios latinoamericanos en su intervención y dijo verdades; así ¡oh casualidad!, justamente en el instante de la intervención de Maduro tuviera que atender Obama - según la agenda - una consulta del presidente de Colombia Juan Manuel Santos (¡qué cosas no!).
Uno de los puntos señalados por Maduro fue: "No tenemos una historia oscura de la cual arrepentirnos, porque nunca hemos bombardeado, ni asesinado pueblos hermanos en ningún lugar del mundo".
Pero volviendo al silencio de la CEV; es decir la cúpula de la iglesia católica de nuestro país, es bueno saber que definitivamente está alejada de las directrices del Papa Francisco y como dicen por ahí, no agarra línea.
Ojalá se concretaran los rumores desde El Vaticano sobre un posible cambio de timón en la iglesia católica de nuestro país, para que soplen por fin vientos de humildad.
El Papa - también citado por Maduro - dijo en Panamá a través del secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolín, amigo de Venezuela: “¡No es suficiente que los pobres recojan las migajas que caen de la mesa de los ricos!” y - agregó – hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la casa, y servicios públicos como salud, educación, seguridad, medio ambiente, de los que ningún ser humano debería quedar excluido”.
Es por todo ello que los venezolanos, además de pedir por la pronta santificación de José Gregorio Hernández también pedimos al Espíritu Santo y a Jesús resucitado, para que nos traiga pronto al Papa Francisco a nuestro país y lograr así que la gran mayoría de obispos venezolanos, agrupados en la CEV, comprendan la importancia y la necesidad de la iglesia de los pobres en toda América y en el mundo.
¡Amanecerá y veremos!