Dignidad Vs Indignidad

El pasado 28 de mayo, el escritor haitiano-canadiense Dany Laferrière, se incorporó  formalmente a la Academia Francesa acompañado de Legba,  dios del panteón vudú que permite a los mortales moverse entre mundo visible y el invisible. Dios de los escritores.

En su discurso de recepción entabló un hermosísimo diálogo con el espíritu de su antecesor en el sillón número 2 de esa prestigiosa institución, el escritor de origen argentino Héctor Bianciotti.

Orgulloso de su negritud y su  origen haitiano le  contó a  Bianciotti que había recibido la noticia de su  elección en Haití,   tierra bendita de donde sus ancestros expulsaron los franceses esclavistas.  No así su lengua que hoy como entonces habla a veces de independencia y libertad.  Le contó de Aimé Césaire, de Léon-Gontran Damas y de Léopold Sédar Senghor, reivindicadores del pasaje de la negritud a la francofonía y de  la dignidad negra en Paris.

En su recorrido por la obra de Bianciotti y de otros autores latinoamericanos, Laferrière recordó que el encuentro entre  América y Europa no fue siempre tan civilizado como el  de  Valéry y  Whitman imaginado  por Borges. Y aprovechó  la conversación con su interlocutor inmaterial y distante para reflexionar y poner a reflexionar a todos:

“Ignoro si usted fue arrullado de niño, como yo lo fui en Haití, por las guerras de liberación y si Simón Bolívar es tan importante para usted como lo es para mí. Sepa que él pasó tres meses en Haití, desde el 24 de diciembre de 1815 hasta el 31 de marzo de 1816. Agotado y derrotado, pidió ayuda al General Pétion, entonces presidente de la joven república haitiana. Haití era el único país de América capaz de comprender tanta pasión de libertad.  Al término de su estadía Pétion  le proporcionó un barco, hombres y armas. A cambio le pidió que redimiera en nombre de Haití, los esclavos de los  países libertados. Estas historias nutrieron mi imaginario, y cada vez que yo me cruzo con un sud americano, mi reflejo es conocer si está al corriente de este episodio”.  

¿Y dónde está la indignidad? En las y los apátridas aprendices de fascistas nacidos en Venezuela y enriquecidos a costa de los venezolanos, socios  de conocidos delincuentes internacionales, que no merecen ser nombrados en este espacio. El pueblo sabe perfectamente quienes son y no los dejará volver a gobernar nuestro maravilloso país.



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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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