Aunque en la política algunas prácticas pueden parecer descabellas, obedecen a una lógica. De ahí el uso de estrategias que tienen por fin mantener u obtener más poder, entendiendo éste como la capacidad de acción.
Cuando se compara los 3 millones votantes del PSUV con los 500 mil de las primarias de la MUD, se constata que la oposición venezolana se ha debilitado, a pesar del apoyo mediático de los medios de derecha, las acciones del eje Bogotá, Madrid y Miami, y los empresarios que la financian.
En ese escenario de desventaja, los protagonistas de la Mesa de la Unidad Democrática utilizan el discurso de la negación. Niegan que muchos venezolanos hayan salido a respaldar el Gobierno revolucionario de Nicolás Maduro y a custodiar el legado del Comandante Eterno Hugo Chávez.
La palabra que mejor define la retórica oposicionista, es la falsedad, aunque la realidad sea inequívoca, como la participación masiva de chavistas quienes hicieron largas colas para apoyar al proceso bolivariano.
A ese discurso de la negación, le sigue la descalificación, decir que votaron en masa porque se les ofreció un kilo de carne. Entonces, vale la pena preguntarse, ¿si votaron? Esto se constata con el colapso de los centros electorales. Se niega pero pasó. Luego, se arguye que el voto se compró. Y como habla la acción por sí sola, viene la descalificación.
La negación como recurso se les ha ido de las manos a la MUD, culpar al chavismo de los índices de inflación negando la existencia de una guerra económica, se transformó en un arma de doble filo. En resumen, generar caos y achacar la culpa a otro, no les funcionó.
Lo contrario a la negación como estrategia es la rectificación, cuando se reconocen los errores y se corrigen. Esto era lo esperado, pero los obligaba a decir que se equivocaron, más fácil es acudir a la negación.
Debido a la oposición venezolana cuenta con un electorado en extinción, y esto tiene que revertirlo, se vale de estrategias que se les están volviendo en su contra, una vez que les generan la apatía de sus seguidores.
En definitiva, la MUD ha demostrado su inefectividad para derrotar al presidente Maduro, mientras deja al descubierto su política excluyente cuando el mundo sufre cambios que obligan a buscar opciones al capitalismo, se mantiene en el pasado, defendiendo sus incongruencias, vendiendo la falsedad y el fraude como discurso, tal como ha hecho en los últimos comicios electorales, y como hará en las Parlamentarias.
