Introducen las extremidades superiores con lenguaje gestual despectivo, cada vez que exaltados abren la boca, metiendo las extremidades inferiores. Avergüenza oírlos y fungen de “dirigentes políticos”. Sin embargo entiendo por qué sufren fanatismo visceral, incontenible amargura y desinformación crónica, debido a que sus maestros internacionales de mayor nombradía, son peores.
Recomendable observar el pésimo ejemplo de Leopoldo López, Antonio Ledezma, sus respectivas esposas viajeras, e igualmente las de Enzo Scarano y Daniel Ceballos, quienes poseen poco o nada de instrucción política cultivada. Cual topochos madurados con carburo, o aguacates envueltos en papel periódico para madurarlos, caletrean cartillas opositoras manoseadas mil veces. No aprendieron sus cónyuges y ellas tampoco logran sobresalir, antes limitadas a ser “la esposa de…”, cobran notoriedad por circunstancias y resultan engañadas por oportunistas y vividores.
No puede esperarse otra cosa de alumnos de Álvaro Uribe, quien asegura que en Venezuela se limita la libertad de prensa y se violan derechos humanos de sus paisanos colombianos. Acudiendo a fotos de casas demolidas en la Franja de Gaza, Palestina, Uribe afirmó que son “casitas de colombianos en Venezuela”. También presentaron represores castrenses apaleando manifestantes en “la zona fronteriza colombo venezolana”, fotografías que corresponden a hechos en Guatemala.
En Panamá difundieron por televisión un video de uniformados militares propinando golpes, patadas y culatazos a dos muchachos titulando “víctimas de la Guardia Nacional bolivariana venezolana”, algo ocurrido en la propia Colombia, caso en investigación en territorio neogranadino. ¿Qué tal?. Pasaron de presentarnos sucesos en Chile, India, España y Grecia en 2014 diciendo que eran en Venezuela, a truculencias noticiadas en 2015 que los gradúan cum laude de engañadores, ascendiendo de la brutalidad politiquera al cuadrado, a la estupidez al cubo.