Quienes proclaman su “inteligencia” con odio clasista y racista en minúsculas convocatorias opositoras a la revolución, asumen conductas inestables al ver tan disminuidas sus concentraciones.
Anhelan guarimbas terroristas asesinas, imitando al 2014. No identificaré el municipio donde escuché al conductor de un espacio radial, transmitiendo un día a la semana actividades de la Alcadía. Dan números telefónicos, reciben quejas y las emiten sin censura. Me consta porque he denunciado fallas en recolección de basura, alumbrado y huecos. Las transmiten y sin embargo el factor virulento opositor, dirigentes que no manejan ni la mitad de una iniciativa loable para la comunidad, responden como en las asesinas guarimbas, incitando a quemar transformadores perjudicando el suministro de electricidad a sus residencias, esencialmente en sectores revolucionarios.
Son los mismos que en urbanizaciones clase media alta, obstruyeron cloacas y le echaban la culpa a Nicolás Maduro, pese a que sus vecinos los vieron atacar ferozmente la propiedad pública. Medios particulares negaron espacio a la denuncia del Ministro Mota Domínguez revelando 18 atentados a nivel nacional contra la electricidad e instalaciones de tratamiento y suministro de agua potable.
Disociados van a periódicos, televisoras y estaciones de radio, dan reseñas enviadas luego al exterior, asegurando que no se respetan derechos humanos y el gobierno bolivariano es totalitario. La brutocracia es consigna surgida de la guerra sucia por dirigentes opositores, casi sin excepción, Piden votos, pero queman, destruyen y perjudican a su país. ¿Será que Venezuela no es su patria?