Es mucho lo que está en juego para el imperialismo norteamericano y la oposición venezolana en las parlamentarias del 6D. Por eso la desgastada MUD y sus aliados arremeten brutalmente con campaña sucia contra la revolución bolivariana, sin que les importe cuán bajo caigan, pues, como siempre se han movido en el estiércol, tal comportamiento es parte de su naturaleza.
Lo anterior es un hecho probado con acciones como el paro petrolero del 2002, que retó la dignidad de un pueblo; el referéndum revocatorio cuando llamaron a la abstención y después gritaron fraude; y la enmienda constitucional del 2008, cuando utilizaron el miedo como campaña con la supuesta expropiación, más la reelección indefinida que disfrazaron de la eliminación de elecciones propia de los regímenes dictatoriales. Esto hay que recordárselo al Nuevo Herald, que tiene el tupé de acusar al Gobierno bolivariano de valerse del miedo para ganar los próximos comicios. El lema de la revolución siempre ha sido el amor que sembró Hugo Chávez.
Lo nuevo del asunto es que la Universidad Católica Andrés Bello tenga tanto desespero que se sume a la propaganda de desprestigio con mensajes subliminales. Primero unos maniquíes conversando sobre el voto, algo así como unos cabezas huecas que no tienen la valentía de defender sus creencias. Luego unas adultas mayores que hablan de democracia y juventud. ¿Cuál democracia? ¿La representativa?
Hago un llamado al CNE a poner atención en estos mensajes a la desobediencia. Dejan qué pensar. ¿Esta universidad es un partido político? ¿Qué esconde y cuál es su financiamiento?
Los chavistas también nos estamos jugando mucho: El legado de Chávez. Entonces, debemos estar alertas porque la oposición y estos grupillos olvidaron qué es la ética y se valen de cualquier artimaña para recuperar el poder que tienen más de 15 años sin gozar.