La oferta engañosa de acabar con las colas en las cadenas de supermercados y farmacias que son controladas por las grandes transnacionales de la producción y distribución de bienes de consumo masivo, alimenticios, fármacos y aseo en general, se vino abajo al anunciarse el boletín del Consejo Nacional Electoral que cantaba la victoria de la derecha -recalcitrante, apátrida y entreguista- en las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre de 2015.
Las colas para comprar semanalmente un par de bolsitas de harina para hacer arepas, igual cantidad de bolsitas de arroz de la peor calidad o “regulado” y algunos pañales, lejos de aminorarse, se han incrementado. Al lado de eso están los comunicadores (al estilo de la figura del “Four minutes men” creado y aplicado por la CIA desde 1917, al propio interior de los EEUU) compuestos por un batallón de pedigüeños, lastimeros y vendedores ambulantes que, mediante el uso de un lenguaje y tono estereotipado, presentan la peor imagen del país y del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.
A veces me conflictúa enormemente el hecho de que buena parte de nuestro pueblo venezolano de base, no acepte o no quiera aceptar (se niegue emocionalmente) que estamos ante el desarrollo de un Golpe de Estado, en una fase “blanda”, de desgaste, de presión económica, política, ideológica, mediática y paramilitar, que conforman una sola estrategia con perfil de “artillería” (si lo inscribimos en los términos de una guerra convencional).
La “toma de la colina” representada por el poder legislativo del Estado, en la conformación de nuestra Asamblea Nacional, ha contribuido a develar cuáles son los objetivos y la estrategia general, a desplegar en seis meses por el imperio yanqui, sus aparatos del Pentágono y la CIA, así como de las grandes transnacionales y sus representantes capitalistas u oligarcas en Venezuela.
Quieren detener el avance de la Revolución Bolivariana y Chavista, del Gobierno que preside el camarada Nicolás Maduro y de los efectos de expansión -por ejemplo a seguir de esperanza liberadora, independentista y soberana- en Nuestramérica y el mundo. La burguesía transnacional ha encontrado en Argentina un punto para apuntalar su palanca de destrucción contra el poder popular, a través de la victoria del empresario ultraderechista Mauricio Macri, en la presidencia de la República.
Al poco tiempo de la victoria de la reacción en el sur Nuestroamericano, se crea otra grieta, esta vez en Venezuela, debilitando uno de los poderes decisores en nuestro Estado. Es esto último lo que explica que las colas para dramatizar la gravedad de un ataque económico que contiene un fuerte componente de laboratorio, unido al derrumbe de los precios petroleros y el incremento de la inflación mundial, lejos de desaparecer, vayan en incremento.
La reacción ultraderechista internacional y proimperialista, necesita hacer peso sobre la crisis y desestabilización que han creado para acabar con el Bolivarianismo-chavismo y su expresión gubernamental, en la figura del Presidente Nicolás Maduro. Por eso, si alguien, en alguna de esas enormes filas que nos hemos acostumbrado a calificar de compuestas por “bachaqueros”, preguntase si ¿ésta es la cola para tumbar a Maduro?, la respuesta sea de un explícito o tácito sí.
Afortunadamente, aquí hay un pueblo patriota, cada vez más consciente y decidido a dar el todo por la defensa de nuestra Revolución Bolivariana y Chavista, de sus logros y del compromiso firme de conquistar la independencia definitiva y la Patria socialista.
Nadie dijo que es fácil. Hoy la lucha arrecia y nuestra ofensiva debe ser hasta la raíz. Sólo conscientes y unidos venceremos. No tenemos otra opción ¡Venceremos!