Según las normas a seguir dentro de un protocolo, como el de la Apertura del año judicial 2016, se establece un orden de acuerdo con el sistema de alternancia. Esto significa, que quien preside el acto se sitúa en el centro y de derecha a izquierda, correlativamente, se va situando el resto de los invitados por el orden que establecen las normativas oficiales para actos de este tipo o de acuerdo al criterio del anfitrión. Fue de esa manera como se entendió que la presidenta del TSJ como anfitriona se ubica en el centro y a su derecha el presidente de la república, y a su izquierda debió estar el presidente de la asamblea nacional. Sin embargo, no fue así. El presidente de la asamblea no asistió. De hecho, en el estrado estaba dispuesta una mesa con dos sillas, de lo que se infiere, que si en el TSJ, sabían o suponían que el presidente de la asamblea no iría, a lo mejor le prestaron la silla a un invitado. Eso se hace, hasta en las mejores familias cuando la cantidad de personas sobrepasa, la cantidad, por ejemplo en este caso, de sillas disponibles.
A todas estas, él debió asistir, si forma parte de un poder que es complemento de la vida constitucional del país. Debe saber que a veces, hay que tragar amargo, si en la situación que se plantea hay personas que no son de su agrado y a las cuales ha estado amenazándolas; porque es de reconocer, que nadie que esté siendo amenazado constantemente, debe andar como modelo de crema dental, con los dientes pelados, sonriendo con el amenazador; porque sobre todo, toda persona tiene orgullo, dignidad, como para permitir ser sojuzgado sin darle tiempo a buscar elementos para la defensa. Si así fuera, se estaría imponiendo el masoquismo político, y esto no podría aceptarlo nadie, porque seria una manera de entregar el país por intimidación o miedo. De todos modos, como mensaje al presidente de la asamblea, hay un dicho que dice: “Hay que hacer de tripas corazón”.
Supongo que esta acción, fue extrañada por quienes tuvieron la oportunidad de ver el acto a través de la televisión. Supuse, igualmente, que tendría una buena excusa para no estar en tan importante acto. Sin embargo, al finalizar el mismo, tuve la oportunidad de leer una información aparecida en Panorama Digital, pero citada en Aporrea. En la misma, se señala lo que el presidente de la asamblea, dice respecto a su ausencia del acto referido: “...me dicen que el sitio reservado para el presidente de la AN estaba casi que en la orilla, al último extremo y si creen que con estos gestos menores nos van a intimidar están muy equivocados. Yo no voy al sitio que ocuparía”
Debe recordarse, que el presidente de la asamblea es muy ocurrente y, hasta algo exagerado. No hubiese extrañado que se le ocurriera decir a la prensa, que no fue al acto porque tenía información, de que le tenían reservada una gavera o vacio de cerveza para que se sentara en cualquier rincón y, que eso era una confabulación del TSJ y el ejecutivo.
En fin, esta actitud sirve para hacer una revisión de los últimos actos políticos en el país. El presidente Maduro dio su mensaje anual en la asamblea nacional el 15 de enero, sabiendo que llegaría a un sitio en el cual la mayoría es opositora, sin embargo, se enfrentó a tal situación, solo que al final fue emboscado por el presidente de la asamblea tratando de ganar simpatías con sus electores, en cadena nacional. Entonces, me pregunto, ¿Seria que el presidente de la asamblea, temía que se le pagara con la misma moneda, en ese acto?