De mentiras está lleno el mundo, hombres se han hecho famosos por ser tan mentirosos que se les ha convertido en verdaderos personajes históricos. Ejemplo de ello son los cuentos de Quevedo, que allá en la Cumaná de mi infancia nos solía contar el "Negro" Felipe Meneses, reconocido artista plástico excelente pintor y cuentacuentos cumanés.
Pero Quevedo mentia diciendo verdades, algo que algunos pensarán no es posible, pero si es. Por ejemplo aquella ocasión en la cual apostó llamaría a la Reyna coja, para burlarse del defecto que en una pierna tenia su majestad. Claro, esto nadie osaba hacerlo so pena de recibir durísimos castigos y hasta la pena de muerte. Pero Quevedo se las ingenió y tomando un ramo de flores se acercó a la Reyna y tendiéndole el ramo floral le dijo: "Entre las más hermosas escoja usted majestad". Por supuesto que la Reyna entendió que se refería a las flores y así Quevedo ganó su apuesta.
En su libro "El hombre más malo del mundo", Otrova Gomas (Jaime Ballestas), nos presenta un personaje que hace maldades mintiendo con verdades, como el caso cuando obliga pistola en mano a un señor a despojarse de toda su ropa y mandarlo a pegarse de un poste para luego llamar a la policía y decirle que hay un hombres desnudo en la calle que parece estar loco.
Acá en nuestro país mentirosos hay como arena, sobre todo en la política, más aun en la oposición, que sin ir muy lejos acaban de demostrar su vocación mitómana negando que prometieron acabar con las colas en caso de ganar las parlamentarias. O cuando negaron haber firmado el decreto Carmona con la excusa que creían estar firmando una lista de asistencia. Hasta algunos curas se prestaron a la mentira, a pesar que los vimos celebrando y declarando su simpatía por los golpistas. Pero de estos se espera cualquier cosa, recordemos que en Colombia un tal Carlos Andrés Vásquez fue declarado el cura más mentiroso del mundo hasta el punto que fue expulsado de la iglesia.
Pero el caso más emblemático de mitomanía en nuestros días y quizás con un record digno del libro güinnes lo tiene una mujer. ¡Adivinaron!, ella misma es, Lilian Tintori, esposa de ese ser maléfico que pernocta en Ramo Verde y que intentan comparar con Nelson Mandela, sobre todo por el color de la piel y sus ideas a favor de los más necesitados y en condiciones carcelarias igualitas a las que estuvo sometido el líder Sudafricano.
Ya la Tintori acabó con la capacidad de asombro que tienen los venezolanos de escuchar sus mentiras. Sobrepasó el limite de la exageración, lo curioso es que hay quienes se creen todo lo que dice esta señora, a pesar de ser puesta al desnudo (sus mentiras) en más de una oportunidad. Misterios de la ciencia, dijera el profesor " Lupa". La ultima perla que lanzó esta especie de pinocho en versión femenina, es que uno de los drones que el ministerio de Interior y justicia puso en operación para colaborar con el operativo de Carnaval , fue mandado exclusivamente a vigilarla a ella a su residencia, posándose en la ventana de su dormitorio violando su intimidad. ¡Carajo!, hasta allí ha llegado la incapacidad de este gobierno, utilizar un sistema que es imposible ocultar para vigilar a una persona que está chinguita de tener una prueba que lo comprometa en violación de los derechos humanos. La pregunta obligada: Esa carajo no tendrá en su casa una filmadora para tener una prueba de lo que está diciendo. ¡Coño!, seria bueno que leyera los cuentos de Quevedo a ver si aprende a mentir. Dios nos salve de esta gente.