La publicidad es un instrumento propio de la sociedad de consumo. De ahí cremas faciales que prometen en tres semanas disminuir drásticamente las arrugas, o los champús –antes de que se llamaran limpiadores capitales para evadir la regulación- que garantizan el cambio de un cabello malo, llamado así en el argot popular, a uno liso extremo.
Por otro lado, recordamos aquella frase, criticada por ser muestra de sinceridad extrema, de Luis Herrara Campíns, quien asumía la presidencia de manos de Carlos Andrés Pérez: “Recibo un país hipotecado”, y cuando pasaron los cinco años terminó con más deuda acumulada.
A pesar de lo anterior, Campíns es recordado con mayor simpatía que Pérez quien adoptó las medidas del FMI que empobrecieron más a la población, y por esta razón se dio el Caracazo del 27F de 1989.
Curiosamente, la segunda presidencia de CAP fue el último gobierno adeco, recordado porque llevó a la población a ese estado crítico a pesar de la conocida frase: “Con los adecos se vive mejor”, porque eso forma parte del discurso adeco, “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”, como decía el señor Pérez.
Ese recuento breve me da pistas para entender el resultado de las parlamentarias del 6D que favoreció a la derecha con una mayoría circunstancial. A excepción de los fascistas o disociados altamente enfermos, muchos votaron por la manito desestimando que detrás de ella se escondía un pasado execrado por quienes sufrieron los males de la cuarta república de los que ya he hablado aquí.
La promesa electoral de los adecos que reviven el pacto de Punto Fijo, antes llamado de Nueva York, fue acabar con las colas. Recordemos también aquella propaganda de la señora adulto mayor quien estaba esperando votar, ella decía que esa sería la última cola. Luego uno de los diputados de derecha confesó que eso no fue una promesa sino una cuña publicitaria.
A lo anterior se suma la negación de la aprobación del Plan Económico de Emergencia Nacional por parte de la nueva AN, y así dejan ver que su único interés es la salida del presidente constitucional Nicolás Maduro quien prometió preservar el legado de Chávez y, a pesar de los muchos ataques de la derecha golpista, lo ha cumplido.
Definitivamente, así es la retórica adeco-burguesa, prometer para acceder al poder. Cumplida la meta, estos politiqueros se dedican a cuidar los intereses de la oligarquía mientras llenan sus bolsillos.