¿Quién habló?

Llega el diputado a la asamblea nacional, en su mano trae una maleta que coloca sobre el estrado. Al abrirla, lo primero que sale, es un par de zapatos, “Made in Usa” o a lo mejor “Made in...cualquier país del mundo” pero que se pueden comprar en los Estados Unidos, Miami, y que dan cachet a quien los lleva. Se calcula, que su precio debe rondar los 1500 dólares.

De repente, el diputado al halar los zapatos, aparece el portador de los mismos, un muñeco que comienza a cobrar vida, en el momento en que el ventrílocuo o diputado, le coloca la mano por su trasero y empieza a moverlo de derecha a izquierda y viceversa, simulando la presencia de una persona. Era pues, uno de esos títeres, marionetas o muñecos que usa la oposición para golpear al gobierno. Había sido seleccionado para ser el orador de orden, por el día de la juventud en la asamblea nacional. A partir de allí, supuse que estaríamos en un acto de ventriloquia.

En efecto, al comenzar a hablar el orador que era el muñeco, su voz no era la de él, supuse también, que era la de quien le escribió el reggaetón, o mejor dicho el discurso. Sin embargo, daba la sensación de que estaba dotado de voz y personalidad propia. Desde ese momento, el muñeco al leer, comienza a criticar la política, al gobierno, a sus funcionarios, a la patria. Quienes le oían en el recinto de la asamblea, aplaudían con entusiasmo cada vez que Nacho, que así se llamaba el muñeco, hacia referencia a algo negativo del gobierno, se reían, gozaban una bola ante algunas ocurrencias o el desparpajo con que la marioneta hablaba.

Ciertamente, quien se dirigió a la juventud venezolana en la asamblea nacional, estaba vivo en realidad y eso es lo peligroso, después de haber oído en parte su aterrador discurso. El ventrílocuo, se lució utilizando a su animado ayudante para decir lo mismo que se ha oído desde hace tiempo en voz de muchos políticos de la oposición. Es decir, un discurso sin lección. En todo caso, pudimos haber estado observando un show humorístico y no nos dimos cuenta; pero mucha gente si pudo darse cuenta de que el que hablaba a través de su marioneta, estaba proyectando su personalidad, su verdadera queja, su verdadero “sufrimiento”, su esquizofrenia. Por eso, es que me pregunto: ¿Quién habló? Nacho o quien le escribió el reggaetón...perdón, el discurso.



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Jesús Rafael Barreto


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