De repente el hombre sufre de eso que los médicos llaman demencia senil, aunque dificulto que sea este el motivo, pues conozco a muchos de más edad que él gozando de una lucidez que ya envidarían muchos jóvenes y podríamos por ejemplo citar a ese maestro orgullo de la música venezolana, Juan Vicente Torrealba, que acaba de cumplir 99 años y todavía recuerda con claridad el día que puso su mano por primera vez en un arpa. ¡Todo un prodigio!
O bien puede ser a causa del desespero al ver que la distancia se acorta y no consigue la formula para sacar a Maduro de la presidencia como prometió el día 5 de Enero dando un plazo de seis meses, lo cierto es que el bocón que preside la AN cada día da demostraciones de estarle patinando el coco. Ya no encuentra que decir o que excusa dar evitando aceptar que su promesa hecha el día que se posesionó como presidente del hemiciclo se le está yendo cuesta arriba.
Primero pensó que en seis meses podía sacar al Presidente de la republica con un revocatorio, solo a un loco se le podía ocurrir semejante barbaridad, conociendo todos los requisitos exigidos por la constitución de la republica bolivariana de Venezuela para cumplir con este procedimiento evidentemente el tiempo no lo favorecía y los números tampoco, porque a pesar de haber perdido el gobierno las elecciones a la Asamblea Nacional, para nadie es un secreto que la oposición ganó no por haber crecido su votación sino por el descontento de muchos chavistas que no acudieron a votar. Por eso no han hablado más de revocatorio.
Pero el orate que en una oportunidad pensó en sacar también al comandante Chávez de la presidencia acusándolo de insania mental, no ha descansado buscando pretextos o posibilidades de algo que le permita aplicársele al presidente Maduro para que abandone la presidencia. Habla de renuncia, de enmienda y hasta se ha paseado por la idea de declarar al presidente con problemas mentales, lo que nos lleva a pensar que este dinosaurio de la política seria digno de un estudio freudiano, pues es inocultable que su delirio por la presidencia de la republica lo tiene al borde de la locura, llegando a la estupidez de decir que puede aplicarle al presidente abandono del cargo valiéndose de la mayoría que tiene en la AN. Como si el chavismo fuera un mocho que van a caer a carajazos fácilmente y los demás poderes no existieran.
No cabe la menor duda, Ramos Allup piensa que la salida de Maduro lo llevaría a él directamente a posar sus gastadas nalgas en la silla de Miraflores, algo que en el hipotético caso de suceder no está contemplado en la constitución. Parece que el carga maletín de Carlos Andrés Pérez y jala mecates de Blanca Ibáñez no se ha leído bien la constitución de la republica bolivariana de Venezuela y se mantiene soñando con la ya muerta del 61, entonces seria bueno recordarle que la única manera que el presidente de la AN asuma como presidente de la republica es con la falta absoluta del presidente electo o presidenta electa antes de tomar posesión del cargo. Si la falta absoluta ocurre en los primeros cuatro años del periodo constitucional entonces será el vicepresidente o vicepresidenta quien se encargará de la presidencia. Articulo 233 de nuestra carta Magna,
Así que si Ramos Allup está pensando en sentarse en la silla presidencial, para desde allí continuar estirando sus quijadas cual chivo eléctrico comiendo tamarindo y cruzando sus endebles piernas cual elegante dama antañona, mejor es que se vaya olvidando de eso, porque hasta por cuestiones biológicas no llegará nunca a Miraflores como presidente de la república, porque Maduro terminará su mandato en 2019, y no creo que una persona a su edad con la dinámica que exige una campaña electoral en Venezuela, aguante ese trote. Si continua pensando en la silla presidencial, sin dudas está sufriendo insania mental.