Laura Bozzo –de origen peruano, ahora radicada en México, seudo animadora, amante de los escándalos- anunció su visita a Venezuela para apoyar a Leopoldo López y a los acusados de las 43 víctimas de las guarimbas. Además, mientras pidió alzar la voz por la liberación del político preso, exhortó a la aprobación de la Ley de Amnistía.
La Sra. Bozzo, ultraderechista y de más oportunista, pretende continuar aquí con su show, aunque no tiene programa porque Televisa lo finalizó después de que la senadora del Partido Revolución Democrática, Angélica de la Peña López, la denunciara por presunta violación a los derechos humanos de niños.
Ahora, quién es Laura Bozzo. Una abogada que huyó del Perú al ser acusada de estar involucrada en una red criminal de corrupción de la que se desviaron unos tres millones de dólares, para ser repartidos entre varios actores quienes ayudarían a la reelección de Alberto Fujimori, con quien se le vinculó sentimentalmente. La mayor parte del dinero fue a sus manos.
La que hizo popular aquella frase de "que pase el desgraciado", recibía dinero de Wladimiro Montesinos, agente de la Agencia Central de Inteligencia, figura clave del gobierno dictatorial de Fujimori. Y con su programa "Laura en América", desviaba la atención pública sobre los problemas reales del país. Es bien conocido el formato del mismo para la búsqueda del rating: casos falsos o presentar lo más degradante de la sociedad peruana.
Debido a su afinidad ideológica, e intereses económicos, como vínculos con la CIA, se entiende que la señora quiera apoyar al dirigente de Voluntad Popular, acusado de promover La Salida.
Ya vino Nacho con su desafortunado discurso a aliarse a la nueva Asamblea. Entonces, no es de extrañar que quien representa la corrupción, degradación y espionaje en Perú quiera también ponerse del lado de la derecha venezolana.