¡Masacre!

Hiroshima y Nagasaki resplandecen como el horror más horroroso, si valiera ese término, para intentar explicar a qué nivel es capaz el ser inhumano de llegar, para cumplir sus anhelados fines de dominación sobre la especie humana. Un Japón, ofreciendo rendición ante un nuevo imperio resplandeciente que necesitaba mandar señales al mundo, que se había convertido en el guapetón del barrio, el más fuerte. El entonces general (y después presidente de los EEUU) Dwight Eisenhower, para entonces comandante supremo de todas las Fuerzas Aliadas, y el oficial que creó la mayoría de los planes militares en la Segunda Guerra Mundial para Europa y Japón, sentenció: "Los japoneses estaban dispuestos a rendirse y no era necesario atacarlos con esa cosa horrible" (Newsweek, 11-11-1963, Ike on Ike). El general Douglas MacArthur compartía la misma opinión, como señala el mismo Eisenhower en conversación sostenida con MacArthur: "Cuando pregunte al general MacArthur sobre la decisión de lanzar la bomba, me sorprendió escuchar que ni siquiera le habían consultado. ¿Cuál habría sido su consejo?, le pregunté. Respondió que no veía ninguna justificación militar para lanzar la bomba. La guerra podría haber terminado semanas antes, dijo, si EEUU hubiera aceptado, como en todo caso lo hizo posteriormente, que se conservara la institución del emperador". Otra cosa, consideraba el aparato industrial-militar, el poder real en los EEUU y el entonces presidente Harry Truman, quienes alegaron que las bombas atómicas ayudaron a salvar miles de vidas, justificándose que si no se hubiesen lanzados, se hubieran perdido más vidas y la guerra se hubiera prolongado. Con ello, el aparato industrial-militar, intenta darle un carácter humanitario a la masacre del pueblo japonés. Los daños mortales fueron inenarrables, Hiroshima con una población estimada en 350 mil habitantes, perdió casi que instantáneamente a 70 mil de sus habitantes, en los siguientes cinco años, y producto de la radiación, murieron cerca de 70 mil más. En Nagasaki, donde vivían un estimado de 250 mil habitantes, murieron más de 70 mil y miles, durante los siguientes años por efectos de la radiación. Algunos calculan que en total, murieron por efectos de las bombas cerca de 250 mil seres humanos.

Toda masacre, conlleva a la utilización del terror para el logro de fines distintos a los que se expresan. Con Hiroshima y Nagasaki; el naciente entonces, imperio de los EEUU lanzó una advertencia al mundo de su poderío militar, en particular a la Unión Soviética, como señala la revista New Scientis en 2005: "La decisión de EEUU de lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, tenía el propósito de comenzar la Guerra Fría más que terminar la Segunda Guerra Mundial, según dos historiadores nucleares que dicen que tienen nueva evidencia que respalda la controvertida teoría. Dicen que el objetivo de una reacción de ficción en varios kilogramos de uranio y plutonio y de la matanza de más de 200.000 personas hace 60 años, fue más impresionar a la Unión Soviética que doblegar a Japón". El propio Albert Einstein, comparte dichas teorías al señalar que: "La mayoría de los científicos se opuso a usar de repente la bomba atómica". Según Einstein, el lanzamiento de la bomba fue una decisión política-diplomática más que una decisión militar o científica. Algunos de los científicos que participaron en el Proyecto Manhattan, que trabajó en las bombas, advirtió al secretario de Defensa en 1945, intentando disuadirlo: "Creemos que estas consideraciones hacen que el uso de bombas nucleares en un anticipado y no anunciado ataque a Japón no sea aconsejable. Si EEUU fuera el primero en introducir este nuevo medio de destrucción indiscriminada a la humanidad, sacrificaría el apoyo público en todo el mundo, precipitaría la carrera armamentista, y perjudicaría la posibilidad de lograr un acuerdo internacional sobre el control futuro de tales armas". Sentenciando entonces, Peter Kuznick, para entonces director del Instituto de Estudios Nucleares en la Americam University en Washington DC, US: "Sabía que estaba iniciando el proceso de aniquilación de la especie" […] "No fue solo un crimen de guerra, fue un crimen contra la humanidad".

Años después, más recientes en nuestra memoria, ese mismo imperio, liberaría toda su carga de odio contra los pueblos de Oriente Medio, Irak, Afganistán, Libia, Siria. Mediante "bombardeos humanitarios", se encargó el complejo industrial-militar (Pentágono) de masacrar esos pueblos con los únicos objetivos de posesionarse de sus riquezas energéticas (gas y petróleo), además de garantizarse rutas estratégicas para su distribución. Ya no son por miles las víctimas, como en Japón, sino se habla de millones como en Irak, en que algunas cifras independientes apuntan en más de un millón de seres humanos, las víctimas de esos "bombardeos humanitarios", denominados ahora por la mediática imperialista como "daños colaterales", valga decir, que son daños no planificados, "accidentales" más bien, con lo cual, la mediática imperialista intenta justificar la acción bélica y las consecuentes masacres involuntarias. Se trata de un modismo muy propio de los EEUU, de sus mandos militares, quienes en sus ruedas de prensa señalaban: "Se produjeron x bajas al enemigo", y añaden la coletilla (sólo cuando su responsabilidad en masacres de civiles es más que evidente), que: "lamentablemente se causaron xx inevitables "daños colaterales". Por supuesto, según su versión, siempre el responsable último de esos "daños colaterales", sería el país o fuerza atacada por EEUU o sus aliados.

Así, para los EEUU tomar por asalto y controlar militarmente ciudades de un millón y medio de habitantes como Basora o de cerca de cinco millones como Bagdad, donde los invasores encuentraron una gran resistencia, sólo tenían una opción, dentro de su lógica criminal, si quieren evitar al máximo sus propias bajas entonces deben sitiar las ciudades y machacarlas durante semanas y semanas, día y noche, desde el aire, con los bombarderos B-2 y B-52; desde el mar, con los misiles Tomahawk, y desde tierra con artillería pesada. De esta forma, los atacantes confiaban en obligar al régimen de Bagdad a negociar su rendición incondicional o en provocar una rebelión contra Sadam, dentro de su propio Estado Mayor. Contaban con que, si Bagdad se rinde, el resto de las ciudades iraquíes caería como un castillo de naipes, de forma que EEUU y el Reino Unido habrían evitado las fuertes bajas propias que les supondría una batalla urbana barrio por barrio y casa por casa. Es la misma lógica de guerra empleada contra Japón, solo que ahora emplean miles y miles de bombas, en vez de solo dos. Los objetivos en sí han cambiado, ahora es la tradicional guerra imperialista de que nos hablara Lenin en su clásica obra El Imperialismo como Fase Superior del Capitalismo: "El capitalismo se ha transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de países "adelantados". El reparto de este "botín" se efectúa entre dos o tres potencias rapaces y armadas hasta los dientes (Norteamérica, Inglaterra, el Japón), que dominan en el mundo y arrastran a su guerra, por el reparto de su botín, a todo el planeta". Con mucha razón, Lenin dijo: "El capitalismo es horror sin fin". Así, como pasado cien años casi ya, de aquellos escritos, el imperialismo no ha cambiado en su esencia y con Obama, ahora para la posteridad ha legado su política de "Guerra Permanente", tal como lo vaticinara George Orwell en su famosa novela pensando en 1984, la guerra de nunca acabar.

De masacres nos acostumbramos en la cuarta república: Cantaura, Yumare, El Amparo, El Caracazo, todas impunes y apenas es ahora, con esta Quinta República que se intenta hacer justicia contra sus autores materiales. "El dolor de la masacre se prolonga con el dolor de la injusticia", leemos en un informe sobre la masacre ocurrida en el Municipio Trujillo, Colombia, entre 1988 y 1994 por las bandas paramilitares del norte del Valle, Los Machos y Los Rastrojos. En la Quinta República, las masacres ocurridas tanto por parte de organismos de seguridad como de bandas criminales e incluso, factores políticos de la oposición (la Coordinadora Democrática y la MUD), no han contado con la misma suerte que en la llamada cuarta república, prueba de ello, es que uno de los autores criminales de la matanza ocurrida a partir de los hechos de 2014, denominados como "La Salida", está en prisión y condenado a 13 años por inducir el asesinato de 43 venezolanos y venezolanas. Si algo ha caracterizado al Gobierno del Comandante Chávez antes, y ahora al del Presidente Maduro, es que no han cubierto con manto de impunidad a los autores materiales e intelectuales de las masacres ocurridas en la Venezuela Bolivariana de nuestros tiempos. La mejor muestra es lo ocurrido en el poblado de Tumeremo del Municipio Sifontes del Estado Bolívar. Allí, políticos del partido Causa R, Américo De Grazia y Andrés Velásquez, denunciaron semanas atrás una masacre de mineros, dejando colar irresponsablemente la especie de la presunta responsabilidad del Estado Bolivariano, Gobierno y sus funcionarios. El propio Presidente de la República ordenó la investigación, cayera quien cayera. La investigación ha dejado al descubierto, la existencia de bandas paramilitares asociadas a la explotación minera y no solo eso, sino la asociación de dichas bandas con partidos políticos de la MUD y gobernantes locales que se han nutrido del apoyo económico, financiamiento a sus campañas políticas. Del escándalo mediático inicial, los medios de la burguesía han optado por el silencio del caso e invisibilizar a las víctimas. La impunidad judicial de antes, en la cuarta, ha transmutado a impunidad mediática.

El uso político de las masacres, es un hecho incontrovertible. El terror causado por las mismas, conmociona la vida de quienes la viven en carne propia y más allá, de eso se encargan los medios de la derecha, de darle mayor connotación. Así, como la masacre de Tumeremo permitió ocultar ante la opinión pública, la incidencia positiva del anuncio presidencial de la explotación del llamado por nuestro Comandante Chávez: "Arco Minero", ahora la MUD, se empeña en traumatizar la realidad nacional, creando masacres virtuales como la supuestamente ocurrida en la población de Turmero, Estado Aragua, en plena procesión del Nazareno en miércoles santo.

Como parte de su política de "guerra permanente" contra la paz y tranquilidad de la República, el pasado jueves 24, el alcalde del municipio Chacao, desde el propio Chacao, Estado Miranda, donde se encontraba, tuitea a las 8:08 am desde su cuenta: @ramonmuchacho: "Lamentamos el incidente en la procesión del Nazareno en Turmero", no específica cuál incidente. Minutos más tarde, la periodista ex de Globovisión, Macky Arenas, convierte el rumor en certeza y tuitea a las 8:39 am lo siguiente: "Terror en #turmero Tiroteo en plena procesión del Nazareno…hay heridos #Hechoensocialismo" (https://twitter.com/MackyArenas/status/712989818725265408). De allí, comenzó un encadenamiento de medios de la derecha, curiosamente ninguno regional, intentando posicionar una supuesta masacre en la procesión del Nazareno de esa población del Estado Aragua. Alberto Ravell, a través de su Patilla, informó: "Durante la procesión del Nazareno en la comunidad de Turmero en el estado Aragua se generó un tiroteo, aparentemente habrían heridos producto de la balacera de la tarde de este miércoles. Además, los hechos provocaron una estampida de persona en la que personas resultaron heridas por la avalancha…" (http://www.lapatilla.com/site/2016/03/24/tiroteo-durante-procesion-en-turmero/). Además de la pésima redacción, con errores ortográficos evidentes, Ravell utiliza como sus fuentes noticiosas los tuiter de dos personas que dudamos estuvieran en el sitio de los acontecimientos, como son los casos de Macky Arenas y Ramón Muchacho. El diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, le agrega otros alicientes a la supuesta noticia: "Usuarios de la red social Twitter reportan una ráfaga de disparos que se registró la noche del miércoles durante la procesión del Nazareno en la comunidad de Turmero en el estado Aragua". Y así como El Nacional, cada diario de la oposición fue añadiendo su pizca de mentira a una bola que se inicia con un simple e irresponsable tuiter del ciudadano alcalde el municipio Chacao. A la fecha, ningún comentario oficial sobre tales presuntos hechos ocurridos en las mentes perversas de enfermos oposicionistas, cuyo objetivo es más que evidente: mantener en permanente estado de zozobra y perturbación la paz de la República, propiciar terror en la población, de hecho, hacer terrorismo mediático, en eso se resume el uso de las masacres mediáticamente creadas. Con qué fin o fines? Eso se lo dejamos a los organismos de inteligencia del Estado Bolivariano venezolano investigar, lo que si podemos concluir, es que esos fines y propósitos no son nada santos, ni persiguen fines nobles para la paz de la República…



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Henry Escalante


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