En su enfermizo empeño de llegar a ser presidenta de la República Bolivariana de Venezuela, la "Malinche", perteneciente a la más rancia oligarquía venezolana y con un apellido que viene chupándose al estado venezolano desde los tiempos de la colonia, ha pedido a sus asesores que le indiquen como obtener un olorcito a pueblo, a barrio, a esa gente que son la mayoría y a la que ella jamás en su vida tuvo necesidad de acercarse pues su condición de niña de alta alcurnia no se lo permitía, ignorando por completo sus más elementales necesidades y a las que mira , si por alguna casualidad le toca tenerlas cerca, por encima del hombro y con evidente desprecio, más aun si presentan un color de piel no cónsono con su descendencia oligarca e ignoran lo que es un perfume Christian Dior.
Bastó que un mulato, enrazado con indio y negro lograra llegar hasta donde María Corina aspira estar algún día (todo el que respira aspira) y les tocara los bolsillos a los parásitos de su familia que "especulan pero dan empleo", para que la niña de esclarecido linaje se lanzara al ruedo político con el solo propósito de recuperar lo que el apargatuo y patas en el suelo de Sabaneta de Barinas había robado a su familia para dárselos esos otros patas en el suelo y desdentados, moradores de los cerros y los barrios.
Los asesores de MariCori, en su titánico esfuerzo por cambiarle la imagen de aristócrata lo que han hecho es enredarle las cosas. Primero y lo más difícil fue tratar de sacarle una sonrisa a ese rostro lleno de odio y lo único que han logrado es un gesto guasonico, que uno no sabe si intenta sonreír o explotar de arrechera. Luego la pusieron a que hablara amalandreada, de pana y tal, creyendo equivocadamente que así podía llegar al pueblo, porque según ellos así se habla en los barrios. La pusieron de parrillera en una moto para filmarla rodando un par de cuadras y la desdichada no podía ocultar, a pesar de su esfuerzo por sonreír, lo incomodo que sus delicadas nalgas sintieran el martirio de las vibraciones de un vehículo tan rustico para sus gustos y costumbres. Hasta en el palito de una bicicleta se atavió a sentarse y uno no puede evitar preguntarse que estaría pensando el ciclista que la llevaba.
La guinda de la ridiculez la puso la aristocrática dama cuando se hizo filmar removiendo con una paleta de dos metros de largo unos chicharrones que se cocinaban en una olla montada en un fogón en el patio de una vivienda. ¡Válgame Dios, ¿Cuándo una Machado Zuloaga López Mendoza en estos menesteres solo aptos para el perraje?!. Pero el camino a Miraflores requiere de muchos sacrificios y este es uno de los tantos que tiene que asumir una verdadera luchadora identificada con el pueblo como ella.
Pero volvieron a pelarse los asesores; la sacaron en un video dirigiéndose a Diosdado Cabello, , para decirle que a ella, de pana y todo, le gustaban los chicharrones con pelo, se les olvido decirle, porque seguro que ellos tampoco lo saben, lo desagradable que es tragarse un chicharrón con pelos, evidenciando que ella nunca se ha comido en su vida un chicharrón y mucho menos con pelo. A menos que haya querido enviarle un mensaje a Diosdado y en lugar de pelos haya querido decir que le gustaría tragarse un Chicharrón con Cabello.