"Chávez maldito perro", gritaba un joven manifestante el 11 de Abril 2002, actitud televisada en forma repetida. Catorce años más tarde, se transmiten vulgaridades peores, dichas por el Presidente de la Asamblea Nacional, a quien no critican medios de agitación social. Tampoco lo hicieron cuando botó las imágenes de Simón Bolívar llamándolo "el amulatado", y del Presidente Chávez. "Llévense esa vaina p´a Sabaneta, p´a la mujer o los hijos", exclamó exacerbado el dirigente opositor, arrastrado a EE UU toda su vida.
Rosario de procacidades iniciadas al juramentarse en la Asamblea Nacional. Meses más tarde aseguró tener 72 años y "un motor arrechísimo aquí…", señalándose con su mano derecha los genitales. Misógino bocón, afirmó luego ante periodistas, "meteré presas a comadres, malandras y hamponas del CNE y el TSJ en Tocorón, no valdrán medidas sustitutivas, que si está preñada y esas vainas, yo no hablo pendejadas". Ese espécimen machista, clasista y racista, hoy se queja porque lo califican de "viejito c d m…".
Personajillo ampliamente noticiado, defiende su derecho a insultar al Comandante Chávez y al Presidente Maduro, buscando que lo demanden y le revoquen su inmunidad de Diputado, para convencer al mundo que merece presidir la transición en Venezuela. DIOS nos libre de semejante mendigante de dólares, traidor de nuestra soberanía, y mitómano de larga experiencia politiquera. Da grima y pena imaginarse ¿qué haría este personaje grotesco si llegara a la Presidencia del país?
Increíble que una parte del colectivo, inducidos por prensa pitiyanqui le den más importancia a este bipolar, que a la entrega de viviendas, lucha contra el bachaquerismo y la violencia criminal, ignorando multitudinarias avalanchas chavistas. Engañan por desinformación y manipulación, escondiendo todo triunfo endógeno o exógeno de la revolución. Prensa nacional e internacional esconde noticias de bienestar, empleando la infofrenia, término psiquiátrico para intoxicarnos de pésima información, y distorsionar la conducta de televidentes, oyentes y lectores de periódicos. Sueñan que cacerolazos enanos, (con perdón de quienes tengan tal condición genética), impedirán la entrega de viviendas, oportunidades de trabajo, atención médica gratuita, y la paz del país.