Infantil y malcriado berrinche de Henry Ramos Allup y Henrique Capriles; ¿Quién correrá primero y más lejos?

La arrogancia y falta de humildad son las más significativas características humanas en el comportamiento y discurso depredador, colonialista, de quienes, hoy, desde las altas esferas sociales y económicas opositoras, pretenden tomar el poder político por asalto. Su discurso confrontacional contra la institucionalidad democrática y republicana retrotrae con extraña satisfacción los aciagos y fatídicos días de abril de 2002, por allá, por el 13 de abril de 2002, cuando en Miraflores, 48 horas después de su arrogante auto investidura como fiscal general o procurador general, Daniel Romero lucia mal oliente y totalmente derrotado en uno de tantos rincones. ¡48 horas antes creyó ser el poder supremo de toda una nación, abolió la Constitución y destituyo a todos los poderes del Estado! ¡poco duro ese sueño!

Mientras, Nicolás Maduro, presidente constitucional de la Republica Bolivariana de Venezuela, trabaja de manera incansable en busca de soluciones a los graves y profundos problemas sociales, políticos y económicos, la paz de la república, la dirigencia opositora en manos de Henry Ramos Allup y Henrique Capriles, se mueve en todas direcciones en busca de confrontación, de intervención extranjera, busca tutelaje colonial, buscan el poder político por vías no constitucionales, es imperativo destruir, devastar el Estado Nación, su institucionalidad. El dialogo, la paz y la recuperación económica dentro del marco constitucional no son sus aspiraciones, no están dentro de las órdenes imperiales. ¡A la nación venezolana y su institucionalidad democrática, republicana y soberana e independiente es necesario destruirla, no sólo al chavismo! Así, sobre las ruinas se erigirán, bendecidos por la bota interventora, como los amos, dueños y señores de toda una nación y sus riquezas.

El problema es quién llegará primero, Allup o Capriles, a quien de ellos el dedo imperial designará protector de las tierras anexadas, del nuevo estado colonial. ¿Quién nos gobernará?

Ramón Martínez, cuando lo conocí, andaba en la calle, por allá por los años 90, frente la catedral de Cumaná, reclamaba, exigía, en la calle llena de pueblo, la gobernación del estado Sucre, que por voluntad popular obtenía en elecciones, que estos adecos y copeyanos de hoy confabulados negaban su entrega, dijo ser ¡un hombre cuadriboluo! Tiempo después, ya de gobernador revolucionario, en el 2002-2003 durante el paro petrolero, junto al pueblo de Sucre, tomó en protección y resguardo las instalaciones petroleras en el estado Anzoátegui, en su discurso expuso cómo desde los Estados Unidos con ayuda de la oposición venezolana se pretendía destruir las instalaciones. ¡Ese fue el último Ramón Martínez de las cuatro bolas!, devino en opositor al Presidente Chávez y ¡se secó!, entonces, tratando de desmentir a Chávez, buscando indulgencia opositora, llegó a decir que todo lo dicho contra el imperialismo norteamericano y sus peones venezolanos era una vil mentira chavista, ¡ya no era el Ramón Martínez de las cuatro bolas! ¡sólo, sólito fue quedando!, el apoyo popular y de sus más cercanos colaboradores gubernamentales desapareció. Tiempo después, en la postrimería de su gobierno, ¡lucido!, como el cuadriboluo de los 90, Ramón les dijo públicamente a la oposición venezolana que no lo invitaran a derrocar a Chávez, a la Revolución Bolivariana, ¡podían y tenían cómo derrocarla en 72 horas, pero en 24, ellos los derrocadores, usurpadores del poder, serian barridos de la faz de la tierra! ¿Extraña o sabia reflexión para un hombre derrotado?

Llegados al poder por la vía inconstitucional, ¿quien tomará las riendas, Capriles, Allup o un bateador emergente, aun no seleccionado? ¿Qué cargos ocuparían Allup y Capriles? ¿Quién y cómo detendrá el contra golpe? Hoy al recordar más que nunca la cagada de Daniel Romero y las últimas palabras de Ramón Martínez, seguro estoy que no serán 24 horas, ¡no, no, no, será muchísimo menos de lo que canta un gallo! Es más, en este punto de la situación es hora de no pedir tiempo, ¡ya basta de tanta arrogancia, pataletas y malcriadeces burguesas, carajo!

Allup, Capriles, si bolas tienen es tiempo de mostrarlas, ya no hay vuelta a tras, nosotros los maduristas, hijos de Chávez, pa la calle nos vamos a reclamar justicia y cárcel para ustedes.

Desde la cocina, mi vieja, María compañera de vida, llama, ha preparado la alforja, el viejo pero rendidor mapire; chimó, casabe y papelón, ¡una taparita de agua!. De alpargata y media, pa la calle me voy. ¡Si bolas tienen, no vemos allá!



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Felipe Marcano


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