Siendo La Mesa de la Unidad un mamarracho de egos y aprovechadores oportunistas, su gente, la clase media que siempre los ha apoyados por ser ellos verdaderos demócratas anticomunistas, ahora se ríe, se ríen todas las señoras y señores decentes de este país, de ellos. Y se indignan, porque les prometieron sangre chavista y ahora los de la MUD están reculando. ¡Simple!, no entienden (la clase medie) que estos miserables son solo agentes que obedecen a la Casa Blanca; que ese "poco de locos ambiciosos" incapaces de formar un gobierno, obedecen, más mal que bien, a los mandatos del imperio.
"¿Pero si la Casa Blanca quiere acabar con el comunismo de Maduro, por qué estos pendejos reculan ahora?" –Se pregunta una señora que tiene su minitienda de Totto en el CCCT-. La respuesta es elemental: porque se ve claro que no van a poder jamás formar un gobierno "decente", hablando en cualquier sentido. Pero sobre todo, si esto fuera posible, sin que, desde un principio, ese gobierno pierda la gobernabilidad entre tantas pirañas.
Lo ideal para el imperio sería gobernar directamente el proceso de explotación del país. Pero no pudiéndolo hacer, por lo menos sin matar a medio mundo o al mundo chavista, prefiere ir a un diálogo "sincero" con "las partes en conflicto". Es más fácil ablandar al gobierno, al PSUV; a todos los que ahora son "incondicionales" con Maduro y su equipo; convencerlos para trabajar con los representantes de sus particulares intereses imperiales; con sus agentes que hacen vida dentro del mismo gobierno de Maduro, que dar un golpe frontal.
¿Y cómo queda la clase media ahí? Parece que por fuera. Pero, el imperio sabe que a su debido tiempo le tocará su momento protagónico. El imperio nunca dejará de socavar la base moral y económica de la socialdemocracia liderada por Maduro. Lo hará hasta exacerbar la paciencia de la clase media, que se encuentra ahora de prevenida. Y de la población en general, embaucada por una revolución que nunca se termina de mostrar, o que, en todo caso, se parece a más de lo mismo de siempre, por lo menos para los que somos de tiempos de antes de Chávez.
Para cuando comience a hacer ¡Pof! ¡Pof! ¡Pof! este caldo, toda la población no querrá saber nada de socialismo, de revolución, de pusilánimes, de palabritas. La masa reventará de ira reclamando ¡Orden en la Pea!, ¡muerte a ladrón!, ¡muerte al delincuente!, al corrupto; comenzarán los ajusticiamientos callejeros, la cacería de brujas, los allanamientos, las presiones para instaurar un régimen policial militar autoritario, de tránsito hacia un régimen democrático.
Y bajo el pretexto de restablecer el orden constitucional, a nombre de la misma constitución que Chávez promovió, se desplazará todo el gobierno hacia el control de una junta de transición que gobernará bajo el mandato de las corporaciones, del FMI, e instaurará su terapia de Shock al estilo Chileno, argentino, Ingles, etc.
¡Señores! ¡El Fascismo está a la vuelta de la esquina! Ante tanta falta de carácter, ante tanto disimulo y de contradicciones, de tanta impudicia, de actos cobardes y vulgares, de tanta alharaca y bravuconería, la masa que hasta ahora se había diferenciado en dos grandes cúmulos humanos, en dos masas distintas, se unirá ahora en una sola mazamorra de indignación que será capaz de reaccionar en contra de esta puesta en escena del imperio, producida por el imperio y con su propio reparto, arremetiendo contra los actores; en contra de sus farsas; reclamando a gritos verdad, orden, reclamando justicia, seguridad, alimentos, medicinas, progreso; libertad unos, disciplina y orden otros (o los dos gritando en un mismo coro como una sola voz), las dos cosas…. Y así hasta inventarse un salvador, el cual será "bajado de las alturas" como un ángel salvador, por el mismo imperio, presentado por los capitalistas los buenos, como las cuñas de navidad de Venevisión, o como aquel país soñado de Arroz Mary, inventado por Lorenzo Mendoza, como si fuera esta la sociedad que queremos, como si fuera este el país que somos y que, hasta que Lorenzo no nos lo mostró, no sabíamos que éramos felices con él y sus productos (todo es tan mágico como un "auto suicidio" auto consentido).
Y al final tendremos una verdadera patria y un gobierno de fuerza, fascista, policial, militar, disfrazado de alianza cívico militar, en contra del desorden comunista, socialista; en contra de la revolución y de todo lo que huela socialismo, en nombre del mismísimo socialismo. Calumniando a Chávez, satanizando de verdad verdad a Chávez, maldiciendo del comunismo, de Cuba, culpando de comunistas a todos los demás que nada tienen que ver…
Estando en el poder, ¡qué es eso para ellos¡ Ahí se jode todo el mundo, desde la ciudadana del kiosco de Totty en el CCCT hasta el ministro de las Comunas. Todos serán pasados por las armas y las calumnias…. O ¿Qué coño creen ustedes que es el fascismo?
Lo primeros que defendieron el orden propuesto por el imperio, nacido de los buenos oficios del imperio, serán enemigos de ese mismo orden cuando contraríen los intereses, o el mínimo interés de los capitalistas, de los grandes y mayores capitalistas (los señores del petróleo, los que monopolizan las aguas, los bosques y selvas, los jefes de la producción de alimentos (Nestlé, por ejemplo), de armas, de la tecnología de etc, etc, etc.) No habrá conuco familiar que valga, huerto comunal, democracia participativa y de la otra, que valga, justicia social y de la otra que valga, vendrá otra época de ¡ayes y ayes!.
Porque, ¡Eso si tienen ellos! Porque quienes mandan en el diálogo ahora ¡sí que saben para dónde van!, qué es lo que quieren; en fin ¡por qué no!, tienen el poder económico, el poder del conocimiento, son dueños de los medios de difusión, son la única máquina que forma conciencia en nuestra sociedad, que puede reproducir su peste emocional y cultural en toda libertad sin que algún poder popular entienda sus maneras, sus métodos, su conocimiento nefasto.
El fascismo está a la vuelta de la esquina, camarada, y usted está haciéndose el pendejo porque le conviene. Está en su carácter. O en su falta de carácter. Más le vale que todos seamos como usted, a que usted cambie y sea más valiente en la vida. Para usted, dentro del consenso de las masas siempre nos sentiremos seguros, protegidos. Y las masas, afortunados nosotros, están con nuestra vieja, cansada y esclava conciencia. Ahora no habrá conocimiento comunista que nos convenza de rebelarnos, de pelear por ser más dignos y libres… ¡Viva la muerte!, ¡Abajo la libertad! ¡Muera la inteligencia!