Liderazgo obligatorio

Apenas a unos cuantos días de la fecha que arbitrariamente dispuso Súmate para sus primarias, no se perciben a lo largo del territorio nacional los signos convencionales de un proceso preelectoral tan complejo como el que esta gente dice estar desarrollando.

No hay en todo el país afiches, ni recorridos casa por casa, ni caravanas, ni templetes, ni cenas de recaudación, ni caminatas, ni avisos de prensa, ni vallas, ni cuñas, ni pitos, ni matracas, y las únicas que se ven, muy de vez en cuando, son las piezas publicitarias precisamente de quienes no participan en ese tragicómico sorteo de líderes improvisados.

Y no hay porque, como hemos dicho, son estas las únicas elecciones mediáticas de la historia, en las cuales sólo se persigue dar legitimidad a la fuerza a un liderazgo inexistente e insustancial, que la oposición (o lo que queda de ella) se empeña en presentar como abrumador y avasallante, simplemente para dar pie a una idea de crisis política nacional que sólo existe en la mente retorcida de los más irresponsables voceros del oposicionismo.

Se hace de esta manera, porque, habida cuenta de la intención evidente de retirarse antes de las elecciones presidenciales, lo que se persigue es sacar el máximo provecho a la figuración mediática del torneo para usarlo como justificación ante las instancias financistas del proyecto, es decir; ante el Departamento de Estado norteamericano.

El novísimo negocio de vender la patria es una modalidad de obtención de fortunas incalculables, que se hace cada vez más atractiva para el grupo de inmorales que hoy goza de estos dineros mal habidos en la medida en que la democracia venezolana se hace más robusta y las libertades en el país se consolidan. En cualquier otra parte del mundo, empezando por los mismísimos Estados Unidos, gente como ésta ya habría sido pasada por las armas por traidora a su país y a su pueblo, o por lo menos enjuiciada y reducida a la oscura celda penal que les corresponde.

Las primarias son, pues, en Venezuela un negocio fabuloso, que permite a un pequeño grupo de vendepatrias traficar con los sueños de un pueblo al que pretenden burlar con una crisis ficticia que jamás ha existido sino en los tubos catódicos de los canales de televisión.

aaranguibel@msn.com


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Alberto Aranguibel B.

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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